Notas:

13.2.13

DE MINIATURAS, BESTIARIOS Y HOMBRES LOBO


Detalle de una miniatura de Dante conversando con Virgilio (derecha) y Dante siendo atacado por un lobo que representa la codicia (izquierda), de Dante Alighieri, Divina Comedia, Italia, 1444-c. 1450.



Detalle de una miniatura del descubrimiento de la cabeza de San Edmundo, custodiado por un lobo, la cabeza ha hecho un llamamiento a los buscadores, llorando 'señor, señor, señor!', Desde John Lydgate, Life of St Edmund y Fremund St, Inglaterra (Bury St Edmunds?), 1461-c. 1475.

Es una de las historias más extrañas del bestiario, el lector es advertido de los peligros de encontrarse con los lobos en su hábitat natural. Si aparece el lobo antes de que él te vea, estás a salvo. Pero si el lobo alcanza a verte sin darte cuenta, no ataca, sino que permanece en silencio. Rápidamente hay que quitarse toda la ropa, echarla en el suelo y pisotearla. Entonces tienes que recoger dos piedras del suelo y golpearlas al mismo tiempo para hacer un fuerte ruido, sólo entonces recuperarás tu facultad para poder hablar.

Detalle de una miniatura de lobos y (abajo) el hombre que han enmudecido, efectuando su curación por despojar de sus ropas y rocas impresionantes juntos, desde el Bestiario de Rochester, Inglaterra (Rochester?), C. 1230

Quitarse la ropa parece ser un tema recurrente en las historias de lobos, y sobre todo en los cuentos sobre hombres lobo. En la Historia natural de Plinio se habla de un pueblo que dejaba sus ropas colgadas de un árbol y se transformaban en lobos. Si después de nueve años se habían abstenido de comer carne humana, podían regresar, recuperar sus ropas, y se convertian de nuevo en humanos.

Detalle de una miniatura de dos hombres lobo: el marido maldecía a la izquierda, y el sacerdote administraba la extremaunción a la esposa moribunda de la derecha, de Gerald de Gales, Topographica hibernica, Inglaterra (1196-1223) 
La próxima vez que veas un lobo recuerda las lecciones del hombre lobo. Sólo hay una separación fina entre hombres y animales. Y siempre recuerda dónde dejaste tus pantalones.

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