E Rrodrigo de Bivar mandó fazer vna cama en que él y el gafo se acostasen. E estando a la media noche durmiendo, el gafo le dio un rresollo tan grande por las espaldas, que le traspasó a los pechos, de lo qual Rrodrigo de Biuar despertó mucho espantado e non falló al gafo. E desque con vna lunbre lo ovo buscado e non lo falló en toda la cámara, tornóse a la cámara. E estando en aquello pensando e la lunbre encendida, vn honbre con bestiduras blancas e de gran claridad e olor le apareció, que le dixo: «¿duermes Rrodrigo?» E él le rrespondió: «non duermo mas ¿quién soys vos que me lo preguntáis?». E él le dixo: «yo soy san Láçaro, aquel leproso e gafo que tú ospedaste e a quien tanta honrra feziste, por amor de Nuestro Señor Jesú Cristo7.
(El repertorio de principes de España)
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