No tengo nada material con lo que corromperme, ni bueno ni malo, ni mucho ni poco. Ni se me puede comprar ni se me puede vender, pero visto lo visto he decidido cambiarme de bando. Me he pasado para el otro lado de la trinchera dado que no puedo acabar con los corrutos ni las corrutas (sic. Pepiño). Si no puedes acabar con ella, unete a la corrupción y disfruta, dice el proverbio chino.
Viva la corrupción, viva las tarjetas negras (por aquello de no ser racista), las blancas, las amarilla y las azules. Viva Barcenas, Puyol, Rato, vivan los sindicatos, los ere de Andalucía, viva el robo y el saqueo, los paraisos fiscales y los bancos suizos viva el latrocinio de los partidos políticos, vivan los de Podemos con su jefe Rajoy a la cabeza, vivan todos los ladrones, picaros y sanguijuelas, los embaucadores, las putas y la gente de mal vivir.
Que vivan por muchos años con buena salud.
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