Esto de cambiar por decreto los días festivos religiosos es un gran invento propio de estos tiempos, que avanzan que es una barbaridad.
Así la Semana Santa ya no será tal sino semana multicultural de las civilizaciones y se celebrará hacia el mes de setiembre o noviembre y siempre después del verano, si la economía lo permite. En vez de una Semana Santa, serán 2 días santos y los 5 restantes de fiesta, juerga y alegría, de convivencia entre culturas.
Lo mismo ocurrirá con las fiestas navideñas que pasarán a celebrarse cuando haga mejor tiempo, es decir entre los meses de julio y agosto. El año no acabará el 31 de diciembre como venía ocurriendo por error, sino el 25 de julio que a su vez dejará de ser festivo por ser el día de Santiago Apostol y a partir de este año lo celebraremos el 15 de febrero, o cuando se pueda. Rariano Rajoy dice que pedirá un informe al consejo de estado para que a partir de 2016 los Reyes Magos dejen de existir.
El día 15 de agosto, la Anunciación de la Virgen pasará al 2 de noviembre, día de difuntos, que ya no será festivo, porque aquí lo que nos hace falta es alegría y no pensar tanto en difuntos o defunciones.
El día 19 de marzo, San José tampoco será festivo y se podrá celebrar cualquier otro día que decida el politburo, siempre que la crisis lo permita y el sóviet supremo no lo impida.
Luego algunos se escandalizan y se echan las manos a la cabeza porque dicen que los asamantecas de la extrema izquierda de podemos van a ganar las elecciones. La extrema izquierda marxista hace muchos años que está comodamente instalada en el pp y siempre se ha caracterizado por su odio y rencor al catolicismo.A los hechos me remito y así nos va.
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