Conclusiones
Primera Sección
Doctrina Masónica. Respuesta a las cuestiones examinadas por la Sección.
1. ¿Cuáles son las doctrinas religiosas en las cuales se ha inspirado la Masonería?
A esta cuestión, apoyándose en la
autoridad oficial que ha sancionado las doctrinas contenidas en más de
150 volúmenes de obras masónicas, volúmenes que han figurado en la
pequeña exposición del Congreso de Trento, se ha declarado por
unanimidad.
Que las doctrinas religiosas y
filosóficas reproducidas y propagadas por la Francamasonería son las
doctrinas phalicas de los antiguos Misterios de la India, de la Persia,
de la Etiopía, del Egipto, de la Fenicia, de la Grecia, de los Romanos,
de los Druidas; y, después del Cristianismo, de los Gnósticos, de los
Maniqueos, de los Albigenses, de los Cataros y otros semejantes, de los
Templarios, de los Filósofos del Fuego o Alchimistas o Rosacruces.
Estos últimos, el 24 de junio de 1717
fundaron la Masonería en su símbolo actual, para perpetuar bajo su
nombre el culto del Phallus, llamado asimismo Naturalismo, o culto de la
Naturaleza. Por esto la Masonería se define a sí misma, por boca de la
Gran Madre Logia de todas las logias del mundo, Madre Logia de
Inglaterra: “La capacidad de la naturaleza, la inteligencia del poder
que existe en la naturaleza en sus diversas operaciones”. “En cuanto es
la capacidad de la naturaleza, se define por esa simple palabra Luz, la
luz por excelencia que ilumina a todo hombre que viene al mundo”.
“En cuanto es la inteligencia del poder
que existe en la naturaleza, se define: “La ciencia que abraza todas las
ciencias, sobre todo la ciencia del hombre: Nosce te ipsum”.
“Y en cuanto es la variedad de las
operaciones de la naturaleza, se proclama: “Un hermoso sistema de moral,
bajo el velo de las alegorías y el adorno de los símbolos””.
“En fin, para resumir, en pocas palabras
las precedentes definiciones: “Ella es la ciencia del Santo Nombre de
Dios, de la palabra de Jehová, pronunciada e interpretada en logia por
Hi-Ho, que quiere decir El-Ella, los dos sexos, las dos potencias
generadoras””.
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2. ¿Cuáles son las relaciones de la Masonería con el Satanismo?
Respecto de las relaciones de la
Masonería con el Satanismo se convino por unanimidad que la simple
Masonería o Masonería de los tres primeros grados, de Aprendiz, de
Compañero y de Maestro, hallándose como se halla, común y necesariamente
dividida en exotérica y esotérica, es decir, que sus miembros,
ignorando como ignoran, en su mayor parte, la significación de sus
símbolos, y, por consiguiente, no hallándose todavía moralmente
preparados y dispuestos para un comercio físico y sensible con los
espíritus. Bajo el punto de vista moral e intelectual, sin embargo,
tienen una perfecta relación con el satanismo, puesto que es una
asociación que se llama a sí misma “Dios”, o como la define Mazzini,
“Ecclesia Sancta Dei”, entendiendo por este Dios, a Lucifer o el Sol,
principio de la generación material universal.
Que, en fin, los Maestros de la simple
Masonería, bien distintos por sus símbolos y por la separación de sus
reuniones, de los Aprendices y Compañeros, a los cuales no les son
explicados sus símbolos, pueden practicar, si quieren, el Arte Hermético
o negro, la Magia, bajo el nombre de Masonería Sacerdotal, supuesto que
por el hecho mismo de ser Maestros, son sacerdotes de Satán,
representado en todas las logias simbólicas por la Estrella flamígera o
flamente.
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3. Las diversas
doctrinas profesadas, al menos en apariencia, por los masones ¿tienen
una relación entre ellas? Y si la tienen ¿cuál es?
A esta cuestión se ha unánimemente
respondido que las diversas doctrinas públicamente profesadas por los
masones bajo los diferentes nombres, se resumen en el Masonismo “por el
todo en el todo” o en el Dios Gran Todo del Panteísmo idealista y del
Materialismo bajo el nombre de ciencia positiva o Positivismo.
Que esas doctrinas, en el lenguaje
simbólico universal de los masones, reciben de ellos el nombre de
“Masonería ostensible a los profanos”.
Que tienen entre ellas una íntima relación, en cuanto todas identifican al universo con Dios.
Que provienen todas de la Masonería, escuela y seminario de ateísmo.
Que su relación consiste únicamente en la
sustitución del concepto de un Dios generador del Universo, al concepto
cristiano del Dios creador del Cielo y de la Tierra.
Y que esta institución se halla indicada
en la Masonería por el nombre del Arquitecto del Universo, aplicado a
Dios. Y el Arquitecto supone la preexistencia o la coexistencia de la
materia sobre la cual debe ejercerse la arquitectura y emplearse los
instrumentos para ponerla en obra.
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4. ¿Cuál es el fin de la Masonería?
A esta cuestión, después de una larga discusión, se ha respondido unánimemente:
Que el objeto de la Masonería es la destrucción universal en el orden físico, intelectual y moral.
En el orden físico, o de la existencia, puesto que la Masonería ha divinizado la muerte o la destrucción universal, sustituyendo a la Santísima Trinidad Cristiana la Trinidad india de un Dios Generador, Destructor y Regenerador, representado por su Triángulo, realizado en el Cosmos por el principio general según el que “mors unius est generatio alterius”, y viceversa, sucesiva y eternamente, y puesto en práctica por los masones con grave perjuicio de la sociedad humana, bajo los especiosos nombres de la lucha por la vida, revolución perpetua y progreso indefinido.
En el orden físico, o de la existencia, puesto que la Masonería ha divinizado la muerte o la destrucción universal, sustituyendo a la Santísima Trinidad Cristiana la Trinidad india de un Dios Generador, Destructor y Regenerador, representado por su Triángulo, realizado en el Cosmos por el principio general según el que “mors unius est generatio alterius”, y viceversa, sucesiva y eternamente, y puesto en práctica por los masones con grave perjuicio de la sociedad humana, bajo los especiosos nombres de la lucha por la vida, revolución perpetua y progreso indefinido.
En el orden moral, el objeto de la
Masonería es la destrucción universal, puesto que deifica el principio
del mal, y con él, todos los vicios bajo el nombre de todas las
virtudes.
En el orden intelectual, su objeto es la
destrucción universal de la verdad, por la profesión explícita y
necesaria del secreto, de la mentira, del perjurio y de la blasfemia
cotidiana.
En una palabra, resumiendo todo lo que
precede, se ha concluido que así como apagando u oscureciendo, en cierta
manera, el Sol, lo que cierran los ojos a su luz, apagan y oscurecen la
vida, el orden y la belleza del Universo; los masones, falseando el
concepto cristiano de un Dios Creador, por la sustitución del concepto
de un Dios Generador, tienden a la destrucción universal, visto que en
todos los ritos simbólicos y en todas las ceremonias religiosas profesan
la adoración y el culto del maldito pecado mortal en acto, “per
peccatum mors”; y visto que adoran la rebeldía universal de Satán y la
lujuria infinita de la humanidad, que son el Alpha y el Omega de su
dios, la Destrucción.
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Segunda Sección
Acción Masónica. Definiciones
El Primer Congreso Antimasónico Internacional declara estar plenamente convencido:
1. Que la Masonería es
una secta religiosa y maniquea: que la última palabra de sus secretos y
de sus misterios es el culto de Lucifer o Satán, adorado en las tres
logias como el Dios Bueno, por oposición al Dios de los católicos, que
los iniciados blasfemadores llaman el Dios Malo.
2. Que el demonio,
inspirador de las sectas masónicas, sabiendo que no ha de llegar jamás a
hacerse adorar directamente por la generalidad de los hombres, procura
infiltrar en las almas, por medios de la Masonería, el gérmen del
naturalismo, que no es otra cosa que la completa emancipación del hombre
respecto a Dios.
3. Que para implantar en
el mundo ese naturalismo impío, la Masonería se esfuerza en acostumbrar
a los hombres a colocar en el mismo pie de igualdad todas las
religiones, la única verdadera y las falsas; sustituía a la amósfera
católica la atmósfera masónica, por medio de la prensa y la escuela sin
Dios.
4. Que el medio
particular de que se sirva la Masonería para perder las almas afanosas
de lo sobrenatural, pero no sufientemente preparadas para el maniqueísmo
luciferiano, es excitarlas a que se entreguen a las prácticas perversas
del espiritismo.
5. Que la Masonería es
también una secta política, que procura apoderarse de todos los
gobiernos, para hacer de ellos ciegos instrumentos de su acción
perversa, y que trata también de sembrar por doquiera la rebelión.
6. Que el objeto de la
Masonería, sembrando la revolución por todos los ámbitos del globo, es
el establecimiento de la República Universal, basada sobre la rebelión
contra la soberanía divina, sobre la destrucción de las libertades y las
franquicias locales, sobre la abolición de las fronteras y la
perversión del sentimieno patriótico, sentimiento que después del amor
de Dios, ha inspirado al género humano sus más bellas acciones, sus más
nobles sacrificios, sus más heroicas abnegaciones.
7. Que la Masonería prosigue su lucha contra la Iglesia, introduciendo en los pueblos cristianos una legislación anticristiana.
8. Que la Masonería es
directamente responsable del socialismo moderno, porque ha sustituido al
ideal cristiano de la felicidad social su ideal propio; a la jerarquía
social cristiana, gobernada por la justicia y templada por la caridad,
una pretendida igualdad de todos los hombres entre sí; proque haciendo
olvidar a los hombres que es en la vida futura donde será recompensado
cada cual según sus obras, les enseña que la felicidad sólo se halla en
los goces materiales de acá abajo y que todos tienen un derecho estricto
a una parte igual de esa felicidad.
9. Que la filantropía
masónica, opuesto a la caridad cristiana, siendo, como es, el amor
puramente natural de unos hombres a otros hombres, es incapaz de servir
de lazo entre la humanidad y Dios; y que, además esta filantropía
masónica no se ejerce sino respecto a los masones mismos, y muy a
menudo, en detrimento de la sociedad civil.
10. Que para corromper
irremediablemente la familia, la Masonería procura corromper a la mujer
que no sólo hace ingresar, siempre que puede, a las mujeres en sus
logias, sino que es alma de este movimiento llamado feminista o de la
emancipación de la mujer, destinado a introducir la perturbación y el
desorden en las familias, por el vago deseo de una reforma completamente
inasequible.
11. Que para acostumbrar
a los hombres a prescindir de la Iglesia en la vida social, la secta
procura hacer suprimir las fiestas religiosas y los días consagrados a
la santificación de las almas y el descanso de los cuerpos, para
sustituirlos por las fiestas meramente civiles.
(Actes du 1er. Congrés Antimaconnique Internacional, t. I, págs. 333-38)
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Extraído del libro “Historia del Anticristo” de Alberto Ezcurra Medrano
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