DESPOTRICANDO

Visto lo visto a los españoles no nos dejan más que dos opciones:

Opción 1.- Ser (des) gobernados por inútiles como zp, Rajoy o Rosa Díaz.

Opción 2.- Ser (des) gobernados por terroristas/marxistas/progresistas/comunistas.

El resultado de la opción 1 ya lo conocemos: miseria, ruina moral y económica, alianzas de maricones de las civilizaciones y el descuartizamiento de España para su enajenación entre moros, chinos y alemanes.

El resultado de la opción 2 nos lo están anunciando y a él nos dirigimos convencidos, con paso firme y seguro con el aperitivo de la opción 1: todo para el estado marxista/terrorista, nada para las personas. Cuba o Corea del N. son buenos ejemplos de cuanto digo. Las personas no contamos más que como números, cifras y estadísticas de ese estado, sin dignidad, sin libertad, sin esperanza. El Estado pasa a ser la nueva religión oficial a quien todos debemos reverencia, sumisión y adoración.

Un régimen tiránico siempre será un régimen tiránico, sea elegido en unas elecciones democráticas o sea impuesto mediante un golpe de estado. Si la mayoría de electores deciden con su voto elegir un régimen de tiranos parece que es aceptado de mejor grado que si es impuesto por la fuerza, pero el resultado es idéntico. A este grado de irracionalidad hemos evolucionado progresando adecuadamente.

Quienes forman parte de la opción 2 nunca nos dirán que su pretensión es la dictadura marxista por la sencilla razón de que un marxista nunca ataca a su víctima de cara, de frente. Antes la rodea, la engaña, la confunde, se viste de travesti si el guión lo exige y finalmente se lanza sobre su víctima por la espalda y a traición. Es así su naturaleza, es así como mata eta y sus acólitos.

El error del franquismo ha sido no relegar a socialistas y comunistas al obstracismo en el mismo infierno y suponer que con el paso de los años se olvidarían de sus aspiraciones totalitarias. Qué equivocado estabas, Paco.

En resumen de lo que se trata es que cada cual elija, entre estas dos opciones la que mejor se ajuste a su forma de pensar para ser matado. Todo dentro de un orden muy democrático, eso sí.