Los recientes atentados de Londres han alertado del peligro del integrismo islámico procedente de Pakistan, ya que los terroristas suicidas habían pasado por las madrasas de dicho país previamente a tomar la decisión de cometer los atentados suicidas. Si algunos periódicos británicos han denominado determinados barrios londinenses como “londonistan” por el alto índice de residentes musulmanes, en especial pakistaníes, en España también empezamos a contar con este tipo de barriadas.
En concreto el barrio del Raval de Barcelona se ha convertido en una zona con una fuerte presencia de la comunidad paquistaní. El paquistaní es el colectivo extranjero más numeroso que vive en el Raval. De las cuatro salas de oración islámicas, tres de ellas están gestionadas por paquistaníes. Más de la mitad de los comercios gestionados por inmigrantes pertenecen a paquistaníes, de los 209 establecimientos comerciales con licencia regentados por inmigrantes, 112 corresponden a paquistaníes, habiéndose desarrollado también un importante control inmobiliario de la propiedad urbana en el barrio, que ha generado un importante sector de alquiler de viviendas a otros inmigrantes. Y a los negocios regentados por pakistaníes se le une una fuerte corriente de identidad cultural y nacional plasmada en los numerosos espacios asociativos, culturales y religiosos, que configuran un intento de estructurar una comunidad determinada y cerrada que monopolice social y –andando el tiempo- políticamente el barrio, que lejos de integrase dentro de la sociedad española, hace de su diferenciación bandera excluyente y atrae a nuevos flujos de inmigrantes procedentes de Pakistán.
Según los datos estadísticos correspondientes a 2003, en Cataluña había 11.252 paquistaníes empadronados, a los que habrá que añadir las cifras que resulten de la reciente regulación masiva, más los ilegales no regularizados. De ellos, el 87 % vive en Barcelona, y en concreto el 52 % en la ciudad vieja, concentrándose el 36 % de todos ellos en el barrio del Raval, donde constituyen el colectivo inmigrante dominante.
– De los cuatro centros de culto islámicos presentes en el barrio del Raval, tres de ellos fueron creados y/o están gestionados por paquistaníes (hay que añadir otro centro chiíta– en el barrio de Santa Caterina, al otro lado de las Ramblas).
– De las veintiuna carnicerías halal (los musulmanes sólo pueden consumir carne desangrada) , doce están gestionadas por paquistaníes, seis por marroquíes y tres por argelinos. Hay que decir que la primera carnicería halal de Barcelona se creó en el Raval, en la calle Arc de Sant Agustí, en 1983 por iniciativa de un comerciante paquistaní.
– La principal agencia de viajes que organiza el peregrinaje a la Meca para los musulmanes de Barcelona y alrededores está gestionada por un matrimonio paquistaní. Su letrero es bien visible desde las Ramblas.
– Las expresiones islámicas más multitudinarias que se celebran en el Raval (y que coinciden con el final del ramadán, el id al-fitr, y con la fiesta del sacrificio, id al-kebir), son organizados por una de las dos comunidades musulmanas paquistaníes en el polideportivo del Raval. Acostumbran a reunir a un par de millares de personas.
Dentro de los centros religiosos destaca la mezquita Tariq ben Zyad (un significativo nombre, que hace referencia al caudillo árabe que lideró las tropas beréberes que entraron en España en 711) fue creada en 1981 en un piso de la calle Elisabets, muy cerca del local que ocupa hoy en la calle del Hospital. Al año siguiente fue registrada como asociación cultural con el nombre de Casa y Centro Islámico de Pakistán. En 1985, la comunidad se trasladó definitivamente al actual local que ocupan en la calle Hospital. Se da la coincidencia que este local había albergado durante los últimos años del franquismo una delegación clandestina del sindicato comunista Comisiones Obreras de Cataluña. Entre sus afiliados había bastantes inmigrantes marroquíes, a los que se les cedía durante el fin de semana un espacio para que pudieran realizar sus plegarias colectivas.
Desde sus orígenes, esta comunidad ha estado vinculada a las comunidades paquistaníes del Reino Unido. El primer imán que tuvo la mezquita, paquistaní de origen, marchó a Inglaterra invitado por la United Kingdom Islamic Mission. Su sucesor fue el imán actual, de origen marroquí y nacionalidad española. A través de esta vinculación, hacia mediados de la década de los ochenta, la mezquita Tariq ben Zyad pasó a convertirse en la sede de la Jama’at Tabligh al-Da'wa.
La Jama’at at-Tabligh es un movimiento islámico fundamentalista basado en la tradición coránica y fuertemente proselitista, originario del norte de la actual India y que pretendía una depuración de las prácticas y creencias de las poblaciones musulmanas que vivían muy influenciadas por el medio cultural hindú. En la actualidad las creencias de esta secta islámica se basan en la reafirmación de la fe y de una identidad religiosa en contextos en los que los musulmanes viven en minoría. En noviembre de 1992, la mezquita se inscribió como asociación religiosa en el Ministerio de Justicia de Madrid, con el nombre de Asociación Annour.
El carácter de centralidad urbana de que goza la mezquita Tariq ben Zyad, situado en pleno centro de Barcelona, en el distrito en donde residen la mayoría de los musulmanes de esta ciudad, le permite aparecer como punto de referencia comunitaria de primer orden, de manera que se ha convertido en un referente, no solo para los paquistaníes, sino para toda la comunidad musulmana de Cataluña, hasta tal punto que su imán ofrece atención religiosa a hospitales y cárceles.
Además en el barrio del Raval se ha convertido en sede de nuevos movimientos islámicos de origen paquistaní, como el Minhaj ul-Quran, que cuenta con su propia mezquita y una escuela de educación coránica que se imparte en los locales de un centro educativo cedido por el ayuntamiento, además de haber tenido cedido para la oración de los viernes el propio polideportivo del barrio.
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