
Podemos hacernos una idea de cómo se entiende en el mundo mahometano la libertad de prensa cuando en uno de los países musulmanes en teoría más abiertos se considera un gran avance una ley que sigue encarcelando a los periodistas por criticar la religión.
Una comisión legislativa del parlamento kuwaití acaba de aprobar una reforma de la ley de prensa que mantiene las penas de cárcel para los periodistas que “ofendan” a la religión musulmana. La reforma permitirá, no obstante, la aparición de nuevas publicaciones de diarios y semanarios de información, un derecho suspendido desde hace tres décadas.
Se trata sin duda de un avance dentro de las habituales prácticas restrictivas a la libertad de prensa en el Islam, pero que no ha podido acabar con la equiparación que se hace de la blasfemia con la simple critica, consideradas ambas el mismo delito.
El gobierno kuwaití ha sido el principal impulsor de este cambio de la ley de prensa que debe ser aprobado por el parlamento, el próximo 26 de diciembre.
Con la nueva ley, no se podrá clausurar una publicación, tal y como se venía haciendo hasta ahora, sin una decisión judicial por sentencia firme de un tribunal.
También se reconoce el derecho de impugnar cualquier denegación del permiso para publicar diarios y periódicos ante la justicia.
Cuando el nuevo texto legal quede definitivamente aprobado, la condena de los profesionales de la información a penas de privación de libertad tendrá obligatoriamente que dictaminarla el Tribunal Supremo kuwaití, tras juzgar el caso. En Kuwait hay censados ahora oficialmente cinco periódicos en lengua árabe y dos en lengua inglesa, así como varios semanarios.
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