Notas:

12.1.06

IÑIGO URKULLU HACIENDO EL KAPULLU

LA AVT SOLICITA LA INMEDIATA DIMISIÓN DE IÑIGO URKULLU COMO PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS Y LA PONENCIA DE VICTIMAS DEL TERRORISMO DEL PARLAMENTO VASCO

La AVT solicita la dimisión inmediata de Iñigo Urkullu como Presidente de la Comisión de Derechos Humanos y la Ponencia de Victimas del Terrorismo del Parlamento Vasco, como consecuencia de las graves declaraciones efectuadas en la jornada de ayer por el dirigente del PNV, quién equiparó a los miembros del Ejército de nuestro país con los asesinos de la banda terrorista ETA.

Tales declaraciones suponen un grave insulto tanto para los miembros del Ejército español, como para el conjunto de la sociedad, y muestran un profundo desprecio hacia una de las instituciones más prestigiadas de nuestra democracia. Asimismo, manifestaciones de este tenor descalifican por completo al Sr. Urkullu como Presidente de la Comisión de Derechos Humanos y la Ponencia de Victimas del Terrorismo del Parlamento Vasco, por lo que sería procedente que no continuase ni un minuto más al frente de la referida Comisión. No obstante, la credibilidad y legitimidad política de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco, en la medida en que personajes como Josu Ternera o el propio Sr. Urkullu han integrado la misma, resultan absolutamente nulas. Desde foros como el anterior, en tanto sujetos del tipo de los referidos sigan perteneciendo a los mismos, resulta imposible llevar una mínima labor de atención a las víctimas, y únicamente se estará contribuyendo a insultar su memoria.


Por último, la AVT desea finalizar enviando a todos los miembros de las Fuerzas Armadas Españolas un mensaje de afecto, cariño y agradecimiento por la importante labor que realizan a favor de nuestro país.

1 comentario:

El Cerrajero dijo...

Cantemos todos ¿Cónde-Pumpido dónde está? ¿donde está Cónde-Pumpido?

Cuando parece que es imposible que algo nos dé más asco o nos asombre a los ya asombrados españoles, siempre llega un nazianal/socialista y nos revuelve las tripas un punto más.

Lo peor es la aparente falta de recursos que muestra el Estado de Derecho para defenderse de estos abusos.