La izquierda, tanto los partidos socialistas como los comunistas, se presenta ahora como defensora del reducido sector homosexual de la población. Sin embargo, la verdad histórica es muy distinta. Históricamente, la izquierda ha visto la homosexualidad como una depravación burguesa, que ha perseguido cuando disponía del poder. En los años 70, tanto antes como después de la muerte de Franco, los grupos comunistas y troskistas solían difamar a quienes los abandonaban con las acusaciones de ‘maricón’ o ‘drogata’. En el fondo, la izquierda ve a los homosexuales como una minoría activa que le puede servir para ganar las elecciones y fundar una nueva cultura y una nueva moral en la que ella designe lo que es correcto.
Como prueba del odio que la izquierda siente por los homosexuales basta citar 'gracias' de los socialistas. José Luis Corcuera, ministro del Interior, tachó al periodista Pablo Sebastián de "perder aceite" (23 de noviembre de 1993). Alfonso Guerra se rió de la supuesta homosexualidad de Mariano Rajoy en un mitin celebrado en León el 31 de agosto de 2003 ante mineros y el propio Rodríguez Zapatero. El ex vicepresidente del Gobierno y diputado por Sevilla llamó a Rajoy “mariposón”; los asistentes se rieron y aplaudieron mucho, empezando por Rodríguez.
También cabe citar que Rodríguez no propuso en el Congreso ninguna medida a favor de los homosexuales de las que demanda el ‘lobby rosa’ desde que fue elegido diputado por primera vez, en 1986. Rodríguez tardó entre siete y ocho años en comprender la importancia de los derechos de este grupo. Lo mismo se puede aplicar a María Teresa Fernández de la Vega, secretaria de Estado de Justicia en uno de los últimos Gobiernos de Felipe González y luego diputada; silencio ante las peticiones homosexuales.
MINUTO DIGITAL
Como prueba del odio que la izquierda siente por los homosexuales basta citar 'gracias' de los socialistas. José Luis Corcuera, ministro del Interior, tachó al periodista Pablo Sebastián de "perder aceite" (23 de noviembre de 1993). Alfonso Guerra se rió de la supuesta homosexualidad de Mariano Rajoy en un mitin celebrado en León el 31 de agosto de 2003 ante mineros y el propio Rodríguez Zapatero. El ex vicepresidente del Gobierno y diputado por Sevilla llamó a Rajoy “mariposón”; los asistentes se rieron y aplaudieron mucho, empezando por Rodríguez.
También cabe citar que Rodríguez no propuso en el Congreso ninguna medida a favor de los homosexuales de las que demanda el ‘lobby rosa’ desde que fue elegido diputado por primera vez, en 1986. Rodríguez tardó entre siete y ocho años en comprender la importancia de los derechos de este grupo. Lo mismo se puede aplicar a María Teresa Fernández de la Vega, secretaria de Estado de Justicia en uno de los últimos Gobiernos de Felipe González y luego diputada; silencio ante las peticiones homosexuales.
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