Eusebio Peñalver, el hombre negro que más años estuvo en prisiones políticas
Nacido en la entonces camagüeyana ciudad de Ciego de Avila, el joven Eusebio Peñalver debió posponer sus estudios en 1952, cuando el general Fulgencio Batista derrocó al gobierno del presidente Carlos Prío Socarrás. Poco después tomó las armas en la Sierra del Escambray, para respaldar el proceso revolucionario que finalmente obligaría a Batista a huir de Cuba. Fue uno de los guerrilleros del Che Guevara en los últimos días de la guerra. Pero muy pronto se percató de que Fidel Castro "se había burlado del pueblo cubano".
En 1960, volvió a tomar las armas, esta vez para combatir a Castro, también en el Escambray. En octubre de ese año fue hecho prisionero y condenado a 30 años de cárcel. Algunos creen que su condición de hombre de la raza negra evitó su fusilamiento, ya que el nuevo régimen decía reivindicar los derechos de los negros cubanos. Muchos de su compañeros fueron ejectuados en paredones de fusilamiento. El 30 de octubre de 1988 fue puesto en libertad y trasladado desde la prisión hasta un aeropuerto, para viajar directamente a Miami, Estados Unidos. Las experiencias que vivió durante sus 28 años de cautiverio parecen sacadas de un libro de horror. Es el hombre negro que ha estado más años en prisión por razones políticas en todo el mundo. Durante su años de cárcel fue un "preso plantado", que no aceptaba planes de rehabilitación política ni admitía que se le vistiera con el uniforme de prisionero común. Fue parte del llamado "presidio político histórico", por el cual pasaron decenas de miles de cubanos. Se calcula que a mediados de la década de los 60 había en Cuba no menos de 60 mil prisioneros políticos, de los cuales unos 20 mil, según Amnistía Internacional, fueron liberados en los 70. Ahora, años después de su liberación, Peñalver concede a ContactoMagazine.com la siguiente entrevista:
P.- Ud. fue condenado a prisión por el régimen de Castro, a pesar de haber luchado contra Fulgencio Batista. ¿Por qué?
PEÑALVER.- Fui condenado a 30 años de prisión política en Cuba tras haber sido capturado en las montañas del Escambray combatiendo la tiranía comunista implantada en mi patria. Haber estado en la lucha contra el régimen pasado y el presente obedeció a un compromiso con mi generación. La historia me ha dado la razón: la ideología que preconizaba Castro para su instauración en el poder se fue al piso, los principios que decía sustentar no existieron nunca, todas las promesas hechas a nuestro pueblo han sido pura charlatanería, y la prueba es que aquellos males que dijeron erradicar son mayores que antes. La prostitución, el robo, la corrupción administrativa, la división familiar, el hambre y la miseria han llegado a límites inconcebibles. El país está sumido en el caos.
P.- ¿Cuáles fueron los momentos más difíciles en sus años de prisión?
PEÑALVER.- Yo creo que fueron todos. En su momento pensé que era la prisión de Isla de Pinos; pero después vinieron La Cabaña y Boniato, las que podían competir fácilmente con la anterior, en la que dejamos a tantos compañeros asesinados a tiros, bayonetazos o en huelga de hambre. El plan de trabajos forzados de Isla de Pinos fue brutal, sádico y asesino: seres humanos comiendo hierbas, sumergidos en "mojoneras", masacrados a mansalva. Después vino "Boniatico", es decir, una prisión dentro de otra prisión, construida para un grupo de más o menos 110 hombres, donde estuvimos 10 años "tapiados", desnudos, prácticamente olvidados por el mundo, aunque no por aquellas bestias carcelarias que hacían todo lo posible para que nuestro diario vivir fuera un infierno, como en efecto lo fue.
P.- ¿Es cierto que se torturaba y se tortura en las cárceles cubanas? ¿Qué tipo de torturas se aplican?
PEÑALVER.- Sí, en las cárceles de Cuba se torturó y se sigue torturando, no sólo a los presos políticos, sino también a los presos comunes. La inmersión de grupos de presos políticos, a golpes, en la zanja donde desembocaban todos excrementos del presidio de Isla de Pinos; el confinamiento en celdas donde sólo se podía permanecer de pie por la gran cantidad de presos que metían en ellas, las requisas desnudando a nuestros familiares, los guardias lanzando orines y excrementos sobre los confinados en celdas de castigo. ¡Cuántas salvajadas no habré visto! ¡Cuántas golpizas ha sufrido mi cuerpo! Siempre he vivido orgulloso de ser cubano, pero jamás pensé que pudieran existir cubanos tan malos, de tan bajos sentimientos... porque la mente se me resiste a creer que por el mero hecho de tener ideas contrarias al gobierno, se pueda traspasar a un ser humano con una bayoneta, o cortar un brazo, un muslo con un machete, a sangre fría. No es fácil, sin faltar a la verdad, describir cómo esos esbirros, machete en mano, protegidos por los fusiles de la guarnición, golpeaban hasta el cansancio a uno o varios presos hasta dejarlos sin conocimiento en el suelo. Algunos no se levantaron jamás, otros como yo, llevamos en nuestros cuerpos las cicatrices de tan bárbaros castigos.
P.- ¿Ha cambiado en algún punto el presidio político cubano en los últimos años?
PEÑALVER.- En las prisiones el trato sigue siendo inhumano y en algunos casos creo que peor que en nuestra época, porque la convivencia de los presos políticos con los comunes es algo que el régimen ha oficializado. El hacinamiento sigue siendo norma de conducta en todas las prisiones de Cuba, la asistencia médica no existe, y los familiares siguen siendo igualmente vejados con infames registros.
P.- Fidel Castro usó las armas contra Fulgencio Batista, asaltó el Cuartel Moncada en 1953, fue capturado, se le permitió defenderse a sí mismo y apenas cumplió 22 meses de prisión. ¿A qué se deben tantos fusilamientos, tantos prisioneros políticos, condenas tan largas?
PEÑALVER.- No hay diferencia entre el dictador cubano y Stalin, Mao, Hitler, Mussolini, Idi Amin, Pol Pot, o cualquiera de los dictadores que han aterrorizado a los pueblos del mundo. Su filosofía es la de eliminar al oponente, no dar tregua al adversario, institucionalizar el terror, y que mejor forma que ésa: fusilando, enclaustrando a los opositores por largos años, y dentro de la prisión torturándolos para destruirlos física y mentalmente. De Gengis Kan a la fecha todos los dictadores han sido iguales, asesinos que quieren cubrir sus crímenes con visos de doctrina. Lo más triste es que hay quiénes dicen ser amantes de la democracia y no vacilan en apoyar a Fidel Castro y estrechar su mano manchada de sangre.
P.- Todo el mundo conoce a Nelson Mandela, algunos creen que es el hombre negro que ha estado más años en prisión. Pocos conocen a Eusebio Peñalver, ¿por qué?
PEÑALVER.- Nelson Mandela es un héroe de su pueblo, un símbolo de la resistencia y un ejemplo de dignidad, aunque yo discrepe de su actitud hacia el dictador cubano, pues ningún agradecimiento puede amparar las violaciones constantes a los más elementales derechos humanos. El que Mandela sea considerado el preso político de más larga condena obedece sencillamente al uso de la propaganda por parte de quienes querían convertirlo en un símbolo de su doctrina, por una parte, y por otra, a que nuestro presidio fue largamente ignorado por todo el mundo, fue esa dolorosa etapa en que nadie escuchaba, donde tanto las izquierdas como las derechas coqueteaban con el tirano, se dejaban engañar por sus promesas y falsos logros, sin darse cuenta de cuánto daño hacían. ¿Cómo era posible que dijeran que Eusebio Peñalver, un negro cubano en el país donde se decía que los negros eran parte de una clase casi privilegiada, estaba encerrado en una oscura celda, sufriendo vejaciones y torturas? Soy de los que cree que la sociedad no es justa ni humana si no se respetan los derechos fundamentales de la persona. Cuando esto se niega surge el conflicto y el espíritu de rebelión se crece. El que ama verdaderamente la libertad, siempre está dispuesto a defenderla.
P.- Han pasado 45 años desde que Castro tomó el poder. Han pasado más de 16 años desde que Ud. fue puesto en libertad. ¿Qué hace ahora Eusebio Peñalver?
PEÑALVER.- Sigo siendo el mismo. Quizás más maduro, quizás más y mejor pensador. Los años de prisión sirvieron para reflexionar sobre todo lo pasado, pero si tuviera que volver atrás, haría lo mismo que hice. ¿Qué hago ahora? Desde que llegué a este país no he descansado ni un momento en las labores de la patria, tratando de sembrar un granito de arena en todos los frentes. A mi llegada entré a formar parte de LIPREPOC (Libertad para los Presos Políticos Cubanos), una organización que fundó un incansable luchador: René Cruz. De esa asociación fui delegado en la Federación Mundial de Ex Presos Políticos Cubanos, organización que agrupa a varios miles de ex prisioneros, y después fui su presidente.También fui nombrado vicepresidente de la Unidad Cubana, un organismo sombrilla de muchas otras organizaciones, y soy director de Plantados hasta la Libertad y la Democracia. Esto último es un equipo de trabajo integrado por personas interesadas en la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos en Cuba. La etapa del presidio pasó, pero nos queda todavía el tirano. Nuestras madres, nuestras hijas y esposas ya han sufrido bastante y a ese sufrir hay que ponerle un punto final. Hay que acabar con el tirano. Mi corazón está limpio de odios, deseos de venganza y rencores. Debemos formar un fuerte haz de amor y esperanzas, en favor de una nación, como dijera José Martí, "con todos y para el bien de todos".
(Esta entrevista fue publicada en 1999 y luego reproducida el 25 de octubre de 2004)
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Nacido en la entonces camagüeyana ciudad de Ciego de Avila, el joven Eusebio Peñalver debió posponer sus estudios en 1952, cuando el general Fulgencio Batista derrocó al gobierno del presidente Carlos Prío Socarrás. Poco después tomó las armas en la Sierra del Escambray, para respaldar el proceso revolucionario que finalmente obligaría a Batista a huir de Cuba. Fue uno de los guerrilleros del Che Guevara en los últimos días de la guerra. Pero muy pronto se percató de que Fidel Castro "se había burlado del pueblo cubano".
En 1960, volvió a tomar las armas, esta vez para combatir a Castro, también en el Escambray. En octubre de ese año fue hecho prisionero y condenado a 30 años de cárcel. Algunos creen que su condición de hombre de la raza negra evitó su fusilamiento, ya que el nuevo régimen decía reivindicar los derechos de los negros cubanos. Muchos de su compañeros fueron ejectuados en paredones de fusilamiento. El 30 de octubre de 1988 fue puesto en libertad y trasladado desde la prisión hasta un aeropuerto, para viajar directamente a Miami, Estados Unidos. Las experiencias que vivió durante sus 28 años de cautiverio parecen sacadas de un libro de horror. Es el hombre negro que ha estado más años en prisión por razones políticas en todo el mundo. Durante su años de cárcel fue un "preso plantado", que no aceptaba planes de rehabilitación política ni admitía que se le vistiera con el uniforme de prisionero común. Fue parte del llamado "presidio político histórico", por el cual pasaron decenas de miles de cubanos. Se calcula que a mediados de la década de los 60 había en Cuba no menos de 60 mil prisioneros políticos, de los cuales unos 20 mil, según Amnistía Internacional, fueron liberados en los 70. Ahora, años después de su liberación, Peñalver concede a ContactoMagazine.com la siguiente entrevista:
P.- Ud. fue condenado a prisión por el régimen de Castro, a pesar de haber luchado contra Fulgencio Batista. ¿Por qué?
PEÑALVER.- Fui condenado a 30 años de prisión política en Cuba tras haber sido capturado en las montañas del Escambray combatiendo la tiranía comunista implantada en mi patria. Haber estado en la lucha contra el régimen pasado y el presente obedeció a un compromiso con mi generación. La historia me ha dado la razón: la ideología que preconizaba Castro para su instauración en el poder se fue al piso, los principios que decía sustentar no existieron nunca, todas las promesas hechas a nuestro pueblo han sido pura charlatanería, y la prueba es que aquellos males que dijeron erradicar son mayores que antes. La prostitución, el robo, la corrupción administrativa, la división familiar, el hambre y la miseria han llegado a límites inconcebibles. El país está sumido en el caos.
P.- ¿Cuáles fueron los momentos más difíciles en sus años de prisión?
PEÑALVER.- Yo creo que fueron todos. En su momento pensé que era la prisión de Isla de Pinos; pero después vinieron La Cabaña y Boniato, las que podían competir fácilmente con la anterior, en la que dejamos a tantos compañeros asesinados a tiros, bayonetazos o en huelga de hambre. El plan de trabajos forzados de Isla de Pinos fue brutal, sádico y asesino: seres humanos comiendo hierbas, sumergidos en "mojoneras", masacrados a mansalva. Después vino "Boniatico", es decir, una prisión dentro de otra prisión, construida para un grupo de más o menos 110 hombres, donde estuvimos 10 años "tapiados", desnudos, prácticamente olvidados por el mundo, aunque no por aquellas bestias carcelarias que hacían todo lo posible para que nuestro diario vivir fuera un infierno, como en efecto lo fue.
P.- ¿Es cierto que se torturaba y se tortura en las cárceles cubanas? ¿Qué tipo de torturas se aplican?
PEÑALVER.- Sí, en las cárceles de Cuba se torturó y se sigue torturando, no sólo a los presos políticos, sino también a los presos comunes. La inmersión de grupos de presos políticos, a golpes, en la zanja donde desembocaban todos excrementos del presidio de Isla de Pinos; el confinamiento en celdas donde sólo se podía permanecer de pie por la gran cantidad de presos que metían en ellas, las requisas desnudando a nuestros familiares, los guardias lanzando orines y excrementos sobre los confinados en celdas de castigo. ¡Cuántas salvajadas no habré visto! ¡Cuántas golpizas ha sufrido mi cuerpo! Siempre he vivido orgulloso de ser cubano, pero jamás pensé que pudieran existir cubanos tan malos, de tan bajos sentimientos... porque la mente se me resiste a creer que por el mero hecho de tener ideas contrarias al gobierno, se pueda traspasar a un ser humano con una bayoneta, o cortar un brazo, un muslo con un machete, a sangre fría. No es fácil, sin faltar a la verdad, describir cómo esos esbirros, machete en mano, protegidos por los fusiles de la guarnición, golpeaban hasta el cansancio a uno o varios presos hasta dejarlos sin conocimiento en el suelo. Algunos no se levantaron jamás, otros como yo, llevamos en nuestros cuerpos las cicatrices de tan bárbaros castigos.
P.- ¿Ha cambiado en algún punto el presidio político cubano en los últimos años?
PEÑALVER.- En las prisiones el trato sigue siendo inhumano y en algunos casos creo que peor que en nuestra época, porque la convivencia de los presos políticos con los comunes es algo que el régimen ha oficializado. El hacinamiento sigue siendo norma de conducta en todas las prisiones de Cuba, la asistencia médica no existe, y los familiares siguen siendo igualmente vejados con infames registros.
P.- Fidel Castro usó las armas contra Fulgencio Batista, asaltó el Cuartel Moncada en 1953, fue capturado, se le permitió defenderse a sí mismo y apenas cumplió 22 meses de prisión. ¿A qué se deben tantos fusilamientos, tantos prisioneros políticos, condenas tan largas?
PEÑALVER.- No hay diferencia entre el dictador cubano y Stalin, Mao, Hitler, Mussolini, Idi Amin, Pol Pot, o cualquiera de los dictadores que han aterrorizado a los pueblos del mundo. Su filosofía es la de eliminar al oponente, no dar tregua al adversario, institucionalizar el terror, y que mejor forma que ésa: fusilando, enclaustrando a los opositores por largos años, y dentro de la prisión torturándolos para destruirlos física y mentalmente. De Gengis Kan a la fecha todos los dictadores han sido iguales, asesinos que quieren cubrir sus crímenes con visos de doctrina. Lo más triste es que hay quiénes dicen ser amantes de la democracia y no vacilan en apoyar a Fidel Castro y estrechar su mano manchada de sangre.
P.- Todo el mundo conoce a Nelson Mandela, algunos creen que es el hombre negro que ha estado más años en prisión. Pocos conocen a Eusebio Peñalver, ¿por qué?
PEÑALVER.- Nelson Mandela es un héroe de su pueblo, un símbolo de la resistencia y un ejemplo de dignidad, aunque yo discrepe de su actitud hacia el dictador cubano, pues ningún agradecimiento puede amparar las violaciones constantes a los más elementales derechos humanos. El que Mandela sea considerado el preso político de más larga condena obedece sencillamente al uso de la propaganda por parte de quienes querían convertirlo en un símbolo de su doctrina, por una parte, y por otra, a que nuestro presidio fue largamente ignorado por todo el mundo, fue esa dolorosa etapa en que nadie escuchaba, donde tanto las izquierdas como las derechas coqueteaban con el tirano, se dejaban engañar por sus promesas y falsos logros, sin darse cuenta de cuánto daño hacían. ¿Cómo era posible que dijeran que Eusebio Peñalver, un negro cubano en el país donde se decía que los negros eran parte de una clase casi privilegiada, estaba encerrado en una oscura celda, sufriendo vejaciones y torturas? Soy de los que cree que la sociedad no es justa ni humana si no se respetan los derechos fundamentales de la persona. Cuando esto se niega surge el conflicto y el espíritu de rebelión se crece. El que ama verdaderamente la libertad, siempre está dispuesto a defenderla.
P.- Han pasado 45 años desde que Castro tomó el poder. Han pasado más de 16 años desde que Ud. fue puesto en libertad. ¿Qué hace ahora Eusebio Peñalver?
PEÑALVER.- Sigo siendo el mismo. Quizás más maduro, quizás más y mejor pensador. Los años de prisión sirvieron para reflexionar sobre todo lo pasado, pero si tuviera que volver atrás, haría lo mismo que hice. ¿Qué hago ahora? Desde que llegué a este país no he descansado ni un momento en las labores de la patria, tratando de sembrar un granito de arena en todos los frentes. A mi llegada entré a formar parte de LIPREPOC (Libertad para los Presos Políticos Cubanos), una organización que fundó un incansable luchador: René Cruz. De esa asociación fui delegado en la Federación Mundial de Ex Presos Políticos Cubanos, organización que agrupa a varios miles de ex prisioneros, y después fui su presidente.También fui nombrado vicepresidente de la Unidad Cubana, un organismo sombrilla de muchas otras organizaciones, y soy director de Plantados hasta la Libertad y la Democracia. Esto último es un equipo de trabajo integrado por personas interesadas en la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos en Cuba. La etapa del presidio pasó, pero nos queda todavía el tirano. Nuestras madres, nuestras hijas y esposas ya han sufrido bastante y a ese sufrir hay que ponerle un punto final. Hay que acabar con el tirano. Mi corazón está limpio de odios, deseos de venganza y rencores. Debemos formar un fuerte haz de amor y esperanzas, en favor de una nación, como dijera José Martí, "con todos y para el bien de todos".
(Esta entrevista fue publicada en 1999 y luego reproducida el 25 de octubre de 2004)
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