Notas:

21.9.06

DE NUEVO JAQUE

El Mundo publica hoy las pruebas documentales de la falsificación de un informe pericial sobre explosivos entregado al juez, pruebas que ya han sido puestas en conocimiento del juzgado. Estamos hablando de que un informe redactado por tres peritos fue rehecho para que no constaran en la causa las coincidencias entre la sustancia química hallada en el piso de un presunto islamista detenido por el 11-M y la encontrada anteriormente en un piso franco de ETA.

Lo importante no es esa coincidencia de sustancia explosiva entre los presuntos islamistas del 11-M y ETA. Eso es lo de menos. Lo importante es que estamos ante la demostración documental de que en el sumario del 11-M se han falsificado pruebas. En realidad, ya llevamos muchos meses denunciando la existencia de esas pruebas falsas, pero hasta hora no habíamos podido exhibir una corroboración tan directa, tan gráfica, tan evidente de que este Gobierno ha mentido de manera flagrante y descarada. Ha mentido al juez, al Parlamento, a la opinión pública y a las víctimas.

¿Cómo era eso que dijo la fiscal Olga Sánchez? ¡Ah, sí! Dijo que "¡Ya vale!". Pues efectivamente: ya vale de mentir. Ya vale de manipulaciones, de pruebas falsas, de investigaciones contaminadas. Ya vale de intentar sustentar teorías conspiratorias (como la de que los atentados los organizó Ben Laden) en un montón de basura infumable donde ni siquiera se han parado en barras a la hora de dar cambiazo a los informes. Y ya vale de que el juez no actúe y de que la fiscal no le inste a actuar.

Porque los documentos que El Mundo ha puesto a disposición del juzgado implican que se ha incurrido en conductas delictivas (ocultación de un informe pericial al juez, con sustitución por otro documento con la misma referencia y distinto contenido) con el fin de que no aparecieran posibles conexiones con la banda terrorista ETA. Y si el juez y la fiscal no toman medidas inmediatas, entonces a quien habrá que decir "¡Ya vale!" será a ellos.

¿Tienen algo que decir al respecto los grupos parlamentarios que ayer se juramentaban para que el PP no pregunte en la sede de la soberanía nacional por el atentado más grave de nuestra Historia? ¿Tienen algo que decir esos paniaguados que, desde el Colegio de Periodisjajajajajá de Cataluña, nos acusaban ayer a los que investigamos el 11-M de actuar por intereses bastardos? ¿Tienen algo que decir todos ellos de la manipulación de informes?

Porque, al final, las dos cuestiones básicas son bien simples. La primera cuestión: si se falsifican informes es porque se quiere ocultar algún aspecto de la verdad. Si el 11-M hubiera sido un atentado islamista y sólo islamista, como dijeron para alcanzar el poder, ¿qué necesidad hubiera habido de mentir? ¿Qué necesidad hubiera habido de crear pruebas falsas, de redactar informes manipulados, de ocultar fotografías, vídeos, documentos?

Y la segunda cuestión es todavía más inquietante: si se ha llegado al esperpento de sustituir un informe por otro para ocultar algo de importancia tan secundaria como esa coincidencia de las sustancias explosivas, ¿qué no habrán hecho con otras pruebas de importancia mucho mayor? Si no han dudado en pringarse para ocultar algo tan nimio, la lógica nos dice que habrán hecho lo que sea para ocultar cosas más trascendentales.

Y la pregunta que surge de todo esto es: ¿qué nos están ocultando?

Hoy, Casimiro García Abadillo ha dado jaque a las blancas desde El Mundo. ¿Les suena el ruidillo que se oye al fondo? Sí, ese que parece un tic, tac...

LIBERTAD DIGITAL LUIS DEL PINO

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