Esta medianoche arranca la campaña electoral para las elecciones al parlamento de Cataluña. En las encuestas que se han publicado recientemente y en concreto en la última de ellas de El Mundo nos indican bien a las claras, porcentaje arriba o porcentaje abajo, algunas cosas: en primer lugar cómo va estar compuesto el futuro parlamento regional, o sea, igual que ahora, y en segundo lugar que los votantes catalanes están psiquica y psicológicamente bastante peor de lo que en un principio me resistía a creer pese a las evidencias diarias de lo que allí ocurre. Por lo visto a los votantes catalanes les va la marcha y la autoflagelación, les encantan los experimentos políticos transgénicos de alto riesgo y las carreras de velocidad al borde del precipicio.
Para los votantes catalanes no han sido suficientes cuatro años de nazismo puro y duro, no ha sido suficiente que TODOS los partidos que previsiblemente volverán a gobernar esa región de España, se encuentren con la mierda de las comisiones del 3%, 10% o del 20% hasta las orejas, o que todo un barrio como el del Carmelo haya desaparecido del mapa por culpa precisamente de estos mismos partidos que ahora amenazan con volver a gobernar. Ni tampoco ha sido suficiente que miembros de la generalidad de Cataluña se hayan dedicado a conspirar con los asesinos etarras en Perpiñan, ni que no hayan hecho otra cosa en estos últimos años que no sea redactar un esperpéntico estatuto, acompañado de toda clase de escándalos y que en la práctica es una declaración de independencia en toda regla, con un claro carácter expansionista hacia Valencia o las islas Baleares, aduciendo un no sé que cuento de los "paises catalanes" o que desde la generalidad de Cataluña se haya estado promoviendo la inversión lingüística, prohibiendo el uso del castellano hasta en las relaciones interpersonales más íntimas, todo ello aderezado con las correspondientes dosis del palo y tente tieso para quien no entra por el aro de este terrorismo nazional-socialista institucionalizado. Todo ello por no hablar del boicot que desde la generalidad se ha promovido hacia los productos "españoles" (¡como si Cataluña no fuera España!) o los trapicheos que el Imbécil de la Moncloa ha estado llevando a cabo con la opa de Endesa para crear un monopolio energético que por supuesto iba ser regalado a empresas catalanas como agradecimiento por los millones recibidos por el ahora candidato nazional-socialista Montilla.
Para los votantes catalanes no han sido suficientes cuatro años de nazismo puro y duro, no ha sido suficiente que TODOS los partidos que previsiblemente volverán a gobernar esa región de España, se encuentren con la mierda de las comisiones del 3%, 10% o del 20% hasta las orejas, o que todo un barrio como el del Carmelo haya desaparecido del mapa por culpa precisamente de estos mismos partidos que ahora amenazan con volver a gobernar. Ni tampoco ha sido suficiente que miembros de la generalidad de Cataluña se hayan dedicado a conspirar con los asesinos etarras en Perpiñan, ni que no hayan hecho otra cosa en estos últimos años que no sea redactar un esperpéntico estatuto, acompañado de toda clase de escándalos y que en la práctica es una declaración de independencia en toda regla, con un claro carácter expansionista hacia Valencia o las islas Baleares, aduciendo un no sé que cuento de los "paises catalanes" o que desde la generalidad de Cataluña se haya estado promoviendo la inversión lingüística, prohibiendo el uso del castellano hasta en las relaciones interpersonales más íntimas, todo ello aderezado con las correspondientes dosis del palo y tente tieso para quien no entra por el aro de este terrorismo nazional-socialista institucionalizado. Todo ello por no hablar del boicot que desde la generalidad se ha promovido hacia los productos "españoles" (¡como si Cataluña no fuera España!) o los trapicheos que el Imbécil de la Moncloa ha estado llevando a cabo con la opa de Endesa para crear un monopolio energético que por supuesto iba ser regalado a empresas catalanas como agradecimiento por los millones recibidos por el ahora candidato nazional-socialista Montilla.
Pues no, todo esto no ha sido suficiente para los votantes catalanes y ahora quieren más de lo mismo. Quieren repetir la hazaña, la proeza y ser, junto a las Vascongadas, las dos regiones que tengan en privilegio de desestabilizar y convulsionar las estructuras del estado y en definitiva de agredir, violentar, atentar y crispar la convivencia entre las personas que nos ha tocado vivir en esta región de Europa llamada España. A los votantes catalanes les gusta tensar la cuerda de la convivencia y seguro que en esta ocasión la cuerda se romperá si vuelven a pisar moqueta los mismos tiranos. Así ocurrió con Hitler en Alemania y así ocurrirá en Cataluña con el visto bueno de quien tiene derecho a votar que es, en última instancia, quien decide. La tragedia está servida.
1 comentario:
Perdone, pero yo hablo castellano en todos los sitios y no me han dicho nada.
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