Notas:

8.12.06

LAS AMISTADES DE ZAPATERO

Hay amistades y amistades. Y las que José Luís Rodríguez Zapatero ha desarrollado en estos dos años largos como presidente en la escena internacional sólo pueden ser calificadas de amistades peligrosas.

Empezó rechazando frontalmente a George W. Bush, con todo su derecho, para abrazar a Kerry, el perdedor; acudió voluntario a ayudar a Gerard Schröder en su reelección, pero sólo contribuyó a su derrota. Eso sí, ridiculizó a Angela Merkel el mismo día de la victoria de ésta; Chirac, su aparente padrino europeo tiene ya un pie en la tumba política, además de haberse comportado como un patrón despiadado con Zapatero, al que no le ha regalado nada.

Con una Europa que le daba la espalda, se entiende que Rodríguez Zapatero se echara en brazos de los latinoamericanos, pero su elección no parece haber sido la acertada tampoco. Primero fue Castro, a quien se le ayudó para aliviar las sanciones impuestas por la UE. Los presos que debían salir de sus cárceles a cambio, siguen pudriéndose en sus celdas. La foto que quería el presidente español, juntos en la Cumbre de Salamanca, no salió porque el dictador cubano ni siquiera le correspondió a la invitación. Ahora que se está muriendo parece poco probable que Zapatero pueda hacérsela. Luego fue Chávez, el tiranozuelo con petróleo de Venezuela. Zapatero le prometió todo lo que quiso, incluido el supercontrato de las famosas “armas pacíficas” que, como se comprobó, no estaba en condición de poder vender. Hugo “boss” Chávez sí vino a España en visita triunfal organizada por Exteriores, pero su amistad se ha acabado traduciendo en actuaciones de gran embarazo para el gobierno español, como esta última de conceder la nacionalidad venezolana a cuatro etarras, amén de cuantiosas ayudas económicas. Da igual que estuvieran huidos o condenados. Eso sí que es prueba de una gran amistad. Y otro tanto vale para el indigenista Evo Morales, el del jersey a rayas. Aupado por Exteriores, invitado a Madrid como si de un rey se tratara, le promete a Rodríguez Zapatero estabilidad para nuestras inversiones y en menos de 24 horas, nacionaliza el sector energético. Que cuenten los directivos de Repsol los asaltos a sus sedes, las detenciones y el apoyo de la Moncloa a sus intereses. Como podrían hablar las grandes empresas invitadas al desayuno con Zapatero cuando su visita a Argentina, donde les soltó que él no estaba allí para mediar entre el gobierno Kichner y las empresas españolas. El desayuno más caro que le ha salido a nuestros empresarios, créanme.

Visto el cariz de cómo se la juegan en Iberoamérica a Zapatero, no extraña que su diplomacia eche el bofe ahora con el actual gobierno islamista de Turquía. Al menos de esa relación tan atípica La Moncloa ha sacado el único apoyo explícito a su fantasmagórica propuesta de Alianza de Civilizaciones. Queda por ver que le dirá Zapatero a los turcos cuando sus amigos europeos digan que de Turquía en la UE, nada de nada.

Rafael L. Bardají. GEES

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