La vida de Ramón Tusquets (Barcelona 1837-Roma, 11.3.1904) puede servir como ejemplo del punto de inflexión que supone la influencia italiana en el arte pictórico español a lo largo de la historia. Ramón Tusquets es uno de los pintores que, por sus propios medios viajará a la capital italiana para "empaparse" de la pintura italiana. La impresión debió de ser tan grande que, excepcionalmente, Tusquets decide quedarse en Italia donde finalmente se asienta y muere en los albores del siglo XX. La consideración de Italia como un lugar de "peregrinación" se desarrolló en la pintura española a lo largo de la Alta Edad Moderna. Durante este período, o por proximidad geográfica, en el caso del litoral mediterráneo, o por patrocinio estatal, como en el caso de los viajes velazqueños, la estancia italiana de los artistas era considerada como una necesidad en su aprendizaje. A lo largo del siglo XVIII la labor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando institucionalizó una serie de viajes Italia de sus mejores alumnos que se continuaron durante el siglo XIX, ya en pleno Estado liberal. Ramón Tusquets es un ejemplo de esta visión en la cual el viaje a Roma era fundamental en la formación de un artista. Sin embargo, a finales del siglo XIX, el centro del mundo artístico ya se había trasladado a París y la estancia italiana había quedado un tanto desfasada ante las nuevas y pujantes corrientes modernas. Dicho esto, también debemos reseñar, que la estancia italiana de Tusquets también debe enmarcarse en las profundas relaciones comerciales, culturales y personales que desarrolló la incipiente burguesía catalana en el mundo mediterráneo desde su formación en la segunda mitad del siglo XIX. Muy significativas pero no suficientemente valoradas en la historiografía cultural hispana.
Ramón Tusquets fue hijo de un rico comerciante barcelonés que le obligó, en los primeros años de su vida, a continuar la dinastía familiar en el mundo del comercio y la banca Muerto su padre, Tusquets se libera de la imposición familiar y a partir de una visita a la Exposición Nacional de Madrid de 1864 decide encauzar su vida en el mundo artístico. A partir de este momento inicia sus estudios con Ramón Moliné y poco después marchará por sus propios medios a Roma donde se asentará definitivamente.
En la capital italiana estudiará en la Academia Chigi y establecerá relaciones con el círculo de pintores catalanes allí establecidos. Su presencia en Italia le permitirá ampliar su campo de influencia aunque, por otra parte, nunca abandonará su conexión artística con España. Así, en 1867 enviará a la Exposición Nacional un cuadro con el título El mendigo o Periódico por el que recibirá una medalla de tercera clase. Su presencia en diferentes exposiciones españolas será continuada a lo largo del último tercio del siglo XIX. Así, en 1871 recibe una medalla de segunda clase por su obra Le Opere, campiña romana, en 1867 se participa en la Exposición de Barcelona, en 1886 presenta cinco lienzos a la Exposición Internacional de Bellas Artes del Ayuntamiento de Barcelona, etc. Pero, a la vez, su éxito español y sus contactos extranjeros le permiten presentarse en exposiciones internacionales como la Exposición de Nápoles de 1877 donde gana un diploma de honor con Al toque del Ave María, la Exposición Universal de Viena de 1876 o la de París de 1878.
Esta misma mezcla entre lo español y lo foráneo se observa en la evolución estilística. Una vez asentado en Italia, la profunda amistad que le unió con Fortuny, al que homenajeo tras su muerte con el magnífico El último proyecto de Fortuny de 1874, le llevó a la realización óleos de temas orientalizantes, junto con vistas romanas y de sus alrededores. Sin embargo, a la par, la influencia de Domenico Morelli y del grupo de Portici napolitano también se observa en sus pinturas. Con el paso del tiempo sus ambiciones artísticas, dentro de los cánones de la época, le llevan a los grandes temas de género y de historia en donde destacarán los cinco lienzos sobre la historia catalana realizados para la residencia de Miguel Boada en 1886 (Proclamación del príncipe de Viana, Fivaller y Fernando de Antequera, Embarque de Jaime I a Mallorca, Roger de Lluria y el hijo del conde de Anjou y La condesa de Urgell pidiendo gracia al conde de Antequera). Con estas obras su prestigio tanto en Cataluña como en Italia se afianza siendo nombrado Presidente del Círculo Artístico Internacional de Roma y encargándosele el retrato oficial de María Cristina para el Ayuntamiento de Barcelona. Con estos trabajos Tusquest se consagran en el género historicista oficial desarrollando después composiciones como Después del Oficio del Pontificado (1888), Joven argelina (1891), Guardia suizo del Vaticano, La fuga, etc. Sus cuadros se reproducen en las revistas ilustradas más importantes del momento, se exponen en Exposiciones Internacionales, la Sala Parés de Barcelona le decida una exposición, colabora habitualmente con la publicación “Album Salón”. Desde Roma, donde, famoso y reconocido fallece el 11 de marzo de 1904, triunfa con la peculiaridad de residir en el extranjero pero sin despegarse nunca de las modas y tendencias de la pintura española.
Dama italianaRamón Tusquets fue hijo de un rico comerciante barcelonés que le obligó, en los primeros años de su vida, a continuar la dinastía familiar en el mundo del comercio y la banca Muerto su padre, Tusquets se libera de la imposición familiar y a partir de una visita a la Exposición Nacional de Madrid de 1864 decide encauzar su vida en el mundo artístico. A partir de este momento inicia sus estudios con Ramón Moliné y poco después marchará por sus propios medios a Roma donde se asentará definitivamente.
En la capital italiana estudiará en la Academia Chigi y establecerá relaciones con el círculo de pintores catalanes allí establecidos. Su presencia en Italia le permitirá ampliar su campo de influencia aunque, por otra parte, nunca abandonará su conexión artística con España. Así, en 1867 enviará a la Exposición Nacional un cuadro con el título El mendigo o Periódico por el que recibirá una medalla de tercera clase. Su presencia en diferentes exposiciones españolas será continuada a lo largo del último tercio del siglo XIX. Así, en 1871 recibe una medalla de segunda clase por su obra Le Opere, campiña romana, en 1867 se participa en la Exposición de Barcelona, en 1886 presenta cinco lienzos a la Exposición Internacional de Bellas Artes del Ayuntamiento de Barcelona, etc. Pero, a la vez, su éxito español y sus contactos extranjeros le permiten presentarse en exposiciones internacionales como la Exposición de Nápoles de 1877 donde gana un diploma de honor con Al toque del Ave María, la Exposición Universal de Viena de 1876 o la de París de 1878.
Esta misma mezcla entre lo español y lo foráneo se observa en la evolución estilística. Una vez asentado en Italia, la profunda amistad que le unió con Fortuny, al que homenajeo tras su muerte con el magnífico El último proyecto de Fortuny de 1874, le llevó a la realización óleos de temas orientalizantes, junto con vistas romanas y de sus alrededores. Sin embargo, a la par, la influencia de Domenico Morelli y del grupo de Portici napolitano también se observa en sus pinturas. Con el paso del tiempo sus ambiciones artísticas, dentro de los cánones de la época, le llevan a los grandes temas de género y de historia en donde destacarán los cinco lienzos sobre la historia catalana realizados para la residencia de Miguel Boada en 1886 (Proclamación del príncipe de Viana, Fivaller y Fernando de Antequera, Embarque de Jaime I a Mallorca, Roger de Lluria y el hijo del conde de Anjou y La condesa de Urgell pidiendo gracia al conde de Antequera). Con estas obras su prestigio tanto en Cataluña como en Italia se afianza siendo nombrado Presidente del Círculo Artístico Internacional de Roma y encargándosele el retrato oficial de María Cristina para el Ayuntamiento de Barcelona. Con estos trabajos Tusquest se consagran en el género historicista oficial desarrollando después composiciones como Después del Oficio del Pontificado (1888), Joven argelina (1891), Guardia suizo del Vaticano, La fuga, etc. Sus cuadros se reproducen en las revistas ilustradas más importantes del momento, se exponen en Exposiciones Internacionales, la Sala Parés de Barcelona le decida una exposición, colabora habitualmente con la publicación “Album Salón”. Desde Roma, donde, famoso y reconocido fallece el 11 de marzo de 1904, triunfa con la peculiaridad de residir en el extranjero pero sin despegarse nunca de las modas y tendencias de la pintura española.
Escena orientalista
Posada
Interior de Cigarral de Toledo
Comentarios e imagenes extraidas de JOSÉ DE LA MANO, GALERIA DE ARTE
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