Notas:

1.6.07

LETONIA DA LECCIONES DE PATRIOTISMO A DOS MEAPILAS ESPAÑOLES

Encarcelan a dos españoles por «ultrajar» la bandera de Letonia

La Fiscalía de Letonia ha ordenado el procesamiento de dos españoles a quienes acusa de ultrajar su bandera, y para los que podría pedir hasta nueve años de cárcel. Se trata de Miguel Ángel López Beltrán, de 25 años y natural de Cartaya (Huelva), y del canario Edén Galván Suárez. El primero, ingeniero de Telecomunicaciones y que trabaja para Vodafone, permanece desde hace quince días en la Cárcel Central de Riga, mientras que Edén, dueño de una empresa relacionada con los suministros de piezas para aviones, obtuvo ayer la libertad bajo fianza por un defecto de forma en la tramitación de su expediente. (Continúa en La Voz de Galicia)

Por lo que se ve algunos todavía creen que por el resto del mundo ocurre como España en donde el ultraje a nuestra bandera tiene premio y no le ocurre nada al ultrajador. Pues no, en Letonia, por ejemplo no se premia a quien ultraja su bandera, sino que se le encarcela y se le castiga duramente, que dicho sea de paso, es como tiene que ser. Yo no sé si los letones tienen mucho o poco amor por su país, pero lo que sí parece claro es que su bandera es su bandera y no consienten que ningún meapilas aunque sea español, vaya allí a destrozársela y a burlarse de ellos. Es que los letones son gente muy rara, más rara que nosotros los españoles, que somos gente más "normal" y que nos regocijamos viendo pasear por la calle a psicópatas como De Juana o a ultrajadores profesionales de nuestro símbolo Nacional como Otegui u otros similares catalanes y gallegos, y por si esto no fuese poco, cuando hay elecciones, encima los premiamos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Igualito que con Pepe Rufianes. Aquí se les hubiera dado una subvención y un abrazo; y al que los denunció a pagar las costas del juicio.

Anónimo dijo...

Justo lo que he pensado cuando lo he leído esta mañana. Se creen que en todas partes son igual de cretinos que aquí, único país del mundo en que la gente se avergüenza de su bandera y de su himno y además nos llaman fascistas a quienes los respetamos con legítimo orgullo.