El Supremo obliga al Gobierno vasco a izar la bandera española en sus edificios públicos
El Gobierno vasco se resiste a que la bandera española ondee en la Academia de la Ertzaintza en Arkaute (Álava), de donde ha estado ausente en los últimos veinte años. Requerido por la Administración del Estado, el Ejecutivo de Vitoria hizo oídos sordos. Lo mismo sucedió cuando el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) del País Vasco sentenció, el 17 de octubre de 2003, la «obligación de hacer ondear, con carácter permanente, la bandera de España» en los edificios públicos autonómicos, incluida la Academia de la Ertzaintza, «bien en solitario o bien conjuntamente con la bandera autonómica vasca». El Gobierno de Ibarretxe decidió entonces recurrir en casación al Tribunal Supremo (TS), que ahora ha confirmado la resolución del TSJ vasco. Según la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Rafael Fernández Valverde, «resulta irrelevante» que la bandera no haya ondeado en veinte años, ya que el hecho de «que el cumplimiento de la ley no se haya reclamado con anterioridad no priva de virtualidad» a la reclamación del Estado. El TS rechaza los argumentos del Gobierno vasco, que aducía que un cambio de criterio acarrearía inseguridad jurídica. Dar por bueno ese planteamiento, reza el fallo, supone aceptar que las leyes «se derogan o no resultan exigibles por el simple transcurso del tiempo acompañado de su incumplimiento». «En modo alguno –añade–, la costumbre puede prevalecer sobre la ley». Además, en otra sentencia el Supremo rechaza el recurso que el Gobierno vasco presentó contra un auto del TSJ vasco que en 2004 ordenó cumplir, de forma provisional, la sentencia. (La Razón)
Como viene siendo tradicional la justicia actua tarde, mal y arrastro. Se les debería caer la cara de verguenza, en el supuesto de que sepan lo que es, a estos "fenómenos" del tribunal supremo por permitir que una institución del Estado como es una comunidad autónoma permanezca 20 años sin colocar la bandera española en los edificios públicos.
El Gobierno vasco se resiste a que la bandera española ondee en la Academia de la Ertzaintza en Arkaute (Álava), de donde ha estado ausente en los últimos veinte años. Requerido por la Administración del Estado, el Ejecutivo de Vitoria hizo oídos sordos. Lo mismo sucedió cuando el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) del País Vasco sentenció, el 17 de octubre de 2003, la «obligación de hacer ondear, con carácter permanente, la bandera de España» en los edificios públicos autonómicos, incluida la Academia de la Ertzaintza, «bien en solitario o bien conjuntamente con la bandera autonómica vasca». El Gobierno de Ibarretxe decidió entonces recurrir en casación al Tribunal Supremo (TS), que ahora ha confirmado la resolución del TSJ vasco. Según la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Rafael Fernández Valverde, «resulta irrelevante» que la bandera no haya ondeado en veinte años, ya que el hecho de «que el cumplimiento de la ley no se haya reclamado con anterioridad no priva de virtualidad» a la reclamación del Estado. El TS rechaza los argumentos del Gobierno vasco, que aducía que un cambio de criterio acarrearía inseguridad jurídica. Dar por bueno ese planteamiento, reza el fallo, supone aceptar que las leyes «se derogan o no resultan exigibles por el simple transcurso del tiempo acompañado de su incumplimiento». «En modo alguno –añade–, la costumbre puede prevalecer sobre la ley». Además, en otra sentencia el Supremo rechaza el recurso que el Gobierno vasco presentó contra un auto del TSJ vasco que en 2004 ordenó cumplir, de forma provisional, la sentencia. (La Razón)
Como viene siendo tradicional la justicia actua tarde, mal y arrastro. Se les debería caer la cara de verguenza, en el supuesto de que sepan lo que es, a estos "fenómenos" del tribunal supremo por permitir que una institución del Estado como es una comunidad autónoma permanezca 20 años sin colocar la bandera española en los edificios públicos.
20 años perdidos, tirados a la basura, lo que significa toda una generación de jóvenes que jamás han visto por aquellos lares ondear la bandera española. No me sorprende, por tanto, que a día de hoy aun no se haya acabado con el terrorismo: eta fanatiza y lava el cerebro de los jóvenes vascos, Ibarreche no coloca la bandera española y se cree el emperador de "Vascolandia" y para completarla, el tribunal supremo actúa casi un cuarto de siglo después de ocurrido el delito. Menudo panorama.
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