El nacionalismo gallego defiende a golpes su idea de excluir el español de Galicia.
Dos agresiones en el mismo fin de semana. El viernes en La Coruña y el sábado en Vigo. El secretario general de Nuevas Generaciones (NNGG) del PP en La Coruña fue una de las personas que acudieron a la concentración de la asociación Mesa por la Libertad Ligüística, que sufrieron la agresión de los radicales nacionalistas el viernes.
El sábado la policía nacional tuvo que proteger en Vigo al autobús de Galicia Bilingüe, asociación independiente que lidera la campaña de recogida de firmas en contra de la inmersión lingüística en el sistema educativo, que fue cercado por otro grupo de radicales separatistas enarbolando banderas gallegas con la estrella roja.
Como en Coruña, en Vigo la asociación Galicia Bilingüe contaba con las debidas autorizaciones, mientras por supuesto, los energúmenos nacionalistas con ninguna. Sin embargo no se produjeron detenciones. Si en La Coruña fue la Policía Nacional la que actuó con tibieza según los organizadores, de manera que no disolvió antes de las agresiones a los manifestantes ilegales que pretendían impedir el libre ejercicio de la libertad, en Vigo fue la Policía Local, la que se inhibió, no controlándose la situación hasta que llegó la Policía Nacional. Tampoco el Delegado del Gobierno en Galicia ha explicado si las dos agresiones obedecen a acciones concertadas y organizadas por los violentos, ni si se ha abierto una investigación para desarticular la organización de estos grupos de radicales. La preocupación en Galicia crece ante la repetición de este tipo de acciones, que apuntan a una incipiente organización de kale borroka, que como ha sucedido en el País Vasco, quiere tomar las calles para expulsar a todo aquel que no comulgue con las ideas nacionalistas.
Extraña igualmente que algún medio de comunicación gallego preste oídos a los violentos , dando oxigeno, aunque no los ponga en plano de igualdad, a quienes acuden a reventar un acto ajeno, impidiendo el derecho de reunión y la libertad de expresión.
Desde Galicia Bilingüe, José Manuel Pousada, uno de sus portavoces, decía “nosotros estamos recogiendo firmas de apoyo, no obligamos ni recriminamos a nadie. Nos están insultando y coartando nuestra libertad. Dicen que somos fascistas cuando ellos nos gritan que no podemos estar aquí”.
Faro de Vigo, que con ocasión de una operación policial contra los separatistas gallegos ya entrevisto a un miembro del grupo radical AMI, recogía junto a las declraciones de Galicia Bilingüe, las “razones” de los energúmenos: “Por su parte, los opositores a la presencia de Galicia Bilingüe en la calle decían no responder a ninguna convocatoria. “Somos veciños do centro que nos sentimos provocados e ofendidos pola presencia do bus”, explicaba Óscar Gomes, uno de los manifestantes. “Están enganando ó pobo. O decreto só defende a normalización e nin sequera se está respetando. Non consentimos que veñan a rirse de nos”, declaraba. La presencia de la Policía, decía, era innecesaria”.
MINUTO DIGITAL
Dos agresiones en el mismo fin de semana. El viernes en La Coruña y el sábado en Vigo. El secretario general de Nuevas Generaciones (NNGG) del PP en La Coruña fue una de las personas que acudieron a la concentración de la asociación Mesa por la Libertad Ligüística, que sufrieron la agresión de los radicales nacionalistas el viernes.
El sábado la policía nacional tuvo que proteger en Vigo al autobús de Galicia Bilingüe, asociación independiente que lidera la campaña de recogida de firmas en contra de la inmersión lingüística en el sistema educativo, que fue cercado por otro grupo de radicales separatistas enarbolando banderas gallegas con la estrella roja.
Como en Coruña, en Vigo la asociación Galicia Bilingüe contaba con las debidas autorizaciones, mientras por supuesto, los energúmenos nacionalistas con ninguna. Sin embargo no se produjeron detenciones. Si en La Coruña fue la Policía Nacional la que actuó con tibieza según los organizadores, de manera que no disolvió antes de las agresiones a los manifestantes ilegales que pretendían impedir el libre ejercicio de la libertad, en Vigo fue la Policía Local, la que se inhibió, no controlándose la situación hasta que llegó la Policía Nacional. Tampoco el Delegado del Gobierno en Galicia ha explicado si las dos agresiones obedecen a acciones concertadas y organizadas por los violentos, ni si se ha abierto una investigación para desarticular la organización de estos grupos de radicales. La preocupación en Galicia crece ante la repetición de este tipo de acciones, que apuntan a una incipiente organización de kale borroka, que como ha sucedido en el País Vasco, quiere tomar las calles para expulsar a todo aquel que no comulgue con las ideas nacionalistas.
Extraña igualmente que algún medio de comunicación gallego preste oídos a los violentos , dando oxigeno, aunque no los ponga en plano de igualdad, a quienes acuden a reventar un acto ajeno, impidiendo el derecho de reunión y la libertad de expresión.
Desde Galicia Bilingüe, José Manuel Pousada, uno de sus portavoces, decía “nosotros estamos recogiendo firmas de apoyo, no obligamos ni recriminamos a nadie. Nos están insultando y coartando nuestra libertad. Dicen que somos fascistas cuando ellos nos gritan que no podemos estar aquí”.
Faro de Vigo, que con ocasión de una operación policial contra los separatistas gallegos ya entrevisto a un miembro del grupo radical AMI, recogía junto a las declraciones de Galicia Bilingüe, las “razones” de los energúmenos: “Por su parte, los opositores a la presencia de Galicia Bilingüe en la calle decían no responder a ninguna convocatoria. “Somos veciños do centro que nos sentimos provocados e ofendidos pola presencia do bus”, explicaba Óscar Gomes, uno de los manifestantes. “Están enganando ó pobo. O decreto só defende a normalización e nin sequera se está respetando. Non consentimos que veñan a rirse de nos”, declaraba. La presencia de la Policía, decía, era innecesaria”.
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