JOSÉ MARÍA LASSALLE: ¿QUIÉN ES ESTE TÍO, QUE NO SE HA ENTERADO QUE EL PP HA PERDIDO DOS ELECCIONES?

El jefe de gabinete de Rajoy, José María Lassalle, sobre San Gil: "¿Quién es esta tía, no se ha enterado que el PP ha cambiado?".

Pues verá usted, señor sinvergüenza, María San Gil es una persona por la que siento una gran admiración y ella junto con media docena más de afiliados al PP (Regina Otaola, Acebes..., en fin, ya me entiende ¿verdad?) han sido los que en su día me han motivado para votar a ese partido del que ahora no quiero ni ver en pintura. María San Gil no ha cambiado su discurso, ni su forma de pensar, ni de chaqueta, como parece que han hecho muchos como usted que ahora aspiran a subirse a la nueva ola centrista y meterse en la cama con ZP y sus socios separatistas.

Mire usted, señor don nadie Lassalle, yo a usted y a ese partido que están alumbrando no los voy a votar más porque es usted un burocratilla centrista de tres al cuarto, un "gallardonero" ramplón y segundon de medio pelo, un buen representante de lo que no me gusta de la política, es decir una fotocopia de Zapatero, o sea de quienes como usted no pintan ni hacen nada en política, pero disimulan muy bien y hacen como que hacen, y la verdad, para eso ya tenemos al original Zapatero. Además estoy harto, muy harto, hasta los mismísimos pinrreles de tanto progresismo, laicismo, izquierdismo, multiculturalismo, feminismo y demás ismos y no quiero hozar, como hace usted, ni pringarme con esa bajada de pantalones tan repentina que les ha entrado en su partido después perder las elecciones pasadas y las anteriores, de lo cual por lo visto debe estar usted muy satisfecho y orgulloso.

Oiga, señor sinvergüenza, usted no le llega a María San Gil ni a la suela del zapato, ni como persona ni como nada. Usted no tiene la categoría humana ni moral que posee María. Ella es una persona coherente, querida y admirada por muchísima gente, tal vez porque la admiración, el cariño y el respeto de los demás hay que saber ganárselos día a día, como usted probablemente ignora, y el hecho de estar viviendo en una región donde no existe la libertad, constituye un valor añadido. En estas condiciones, explíquele usted a María, señor sinvergüenza, eso de que el PP debe ser simpatico con los nacionalistas, o que si somos una nación o diecisiete. Vaya, vaya y cuentele ese cuento. Seguramente mientras ella ha estado todos estos años con un escolta a sus espaldas, usted ha disfrutado de su libertad cómodamente en algún despacho de su partido, o en la universidad de la que es "doctor" ("doctor" de la nada) sin preocuparse por entrar o salir, por eso no conoce a María San Gil y ahora viene preguntando: "¿Quién es esta tía...? Pero María es mucha María y le queda a usted muy grande.

Se va a enterar usted, y toda su patulea, señor sinvergüenza, "jefecillo de gabinete", en las próximas elecciones, lo que representa María San Gil.