Notas:

19.5.08

REIVINDICANDO, CON ORGULLO, LA AUTODISCRIMINACIÓN Y LA AUTOMARGINACIÓN

Homosexuales y transexuales reivindican sus derechos en el Día contra la Homofobia.

La Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) reivindicó este año la educación como "instrumento clave para erradicar la discriminación" y señaló que se trata de "un pilar en el desarrollo de las personas, clave en las aulas", lugares a su juicio "inseguros para el colectivo", que vive "reiteradas situaciones de acoso".

Por su parte, la Asociación de Transexualidad Clínica de España aprovechó la efeméride para reclamar a la nueva ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, que haga extensivas las ayudas al alquiler para jóvenes a "los 15.000 transexuales que hay en España y que por la discriminación que sufren, tienen problemas para encontrar trabajo y, por tanto, para acceder a un piso en alquiler". (Continúa en El Mundo)

Tiene gracia que esta fauna ibérica reivindique la educación como "instrumento clave para erradicar la discriminación" cuando son ellos quienes se autodiscriminan y marginan como grupo social al convertir su sexualidad en un peculiar circo que los diferencia con "orgullo" del resto de los mortales y encima ponen un día al año para celebrarlo en la calle.

Y más cachondeo produce el hecho de que un tío que decide ponerse una falda o pintarse los morros constituya un mérito o un valor añadido para solicitar una ayuda de acceso a una vivienda o para optar a un puesto de trabajo.

Esta clase de reivindicaciones me recuerdan al nacismo hitleriano en el que se valoraba a las personas por lo que eran (aleman o no aleman, judio o no judio) y no por lo que hacían, algo así como la sententencia del tribunal constitucional de la pasada semana en la que se dice que ante un mismo delito, un hombre por el simple hecho de serlo debe ser condenado más severamente que una mujer.

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