Ladrones y maleantes que se dedican a la política, los hay por todas partes. No hay país sobre la tierra que se libre de semejantes sinvergüenzas. Lo terrorífico de esta clase de delincuencia gubernamental es que mientras los ciudadanos de los países afectados, como por ejemplo Argentina, viven en la miseria y la pobreza absoluta, sus ladrones-mandatarios, o sea los Kirchner alardean de su opulencia y engordan su patrimonio sin que ello les suponga conflicto moral o de conciencia alguno. Y para mayor escarnio, en Argentina no hay justicia que valga para estos ladrones de cuello y guante blanco. Algo parecido a lo que ocurre en nuestra Zapaterolandia.
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