RACISMO A LA GALLEGA

Amenazan a comerciantes coruñeses por no utilizar el gallego en sus comercios

La persecución lingüística es un hecho en Cataluña, Baleares o País Vasco. Ahora también se suma Galicia. Asociaciones como Galicia Bilingue vienen denunciando el problema, pero la pasividad, cuando no complicidad, del gobierno separatista gallego ha permitido la aparición de organizaciones privadas que, al más puro estilo siciliano, amedrentan a los ciudadanos con el fin de que se utilice exclusivamente el gallego.

Lo que no pueden lograr por vías democráticas, lo hacen mediante la persecución y el miedo.

En esta línea de acontecimientos, A Mesa pola Normalización Lingüística, una organización privada que en ningún caso puede abrir expediente de cualquier tipo, ha enviado una carta a varios establecimientos comerciales de La Coruña en la que los amenaza con abrirles un expediente por no utilizar el idioma gallego. La plataforma los acusa de evitar el empleo de la lengua vernácula en sus escaparates y rótulos, de nombrar a la ciudad con el topónimo en castellano e incluso de discriminar a sus clientes por cuestiones idiomáticas.

Los comerciantes, aunque A Mesa es una entidad privada independiente de las administraciones públicas, sienten temor cuando leen la carta debido a la terminología empleada por el remitente. (Continúa en Minuto Digital)

Y luego viene el imbécil hablando de la guerra fría y demás memeces. No se entera de nada. Sin embargo esto es el resultado de lo que Manuel Fraga y el PP construyeron, cuando gobernaban en Galicia, y que denominaban como "galleguismo", de cuya renta está viviendo actualmente la extrema izquierda de aquella región. Fraga mantuvo un doble lenguaje: por un lado aplicaba a su política el denominado "galleguismo", como una versión light, amable, y "diferente" del nacionalismo separatista clásico, pero que era igual de racista y excluyente y por otro lado era capaz de rechazar ese mismo nacionalismo del bng. Una vez que el PP perdió las elecciones regionales los nacionalistas del bloque y el psoe se encontraron con la mitad, o más, del trabajo hecho y sin ningún partido les haga oposición ni actualmente ni en un futuro inmediato. En realidad Manuel Fraga fue para Galicia un adelantado en su tiempo, un hombre de futuro, pues ya repartía simpatía a raudales entre los nacionalistas (de esa que ahora habla el PP), lo malo es que a los comerciantes coruñeses esa simpatía no creo que les haga mucha gracia.