Claro, no podía ser de otra forma. En este régimen de déspotas y tiranos en que se ha convertido España, la culpa de que un maltratador ande por la calle con una pulserita y asesine a su novia, es del funcionario de turno, y la culpa de que una pobre niña (Mariluz) muera en similares circunstancias, es de la secretaria del juzgado. No del político, o de la directora de prisiones. No, del funcionario. Estoy harto de repetir una y mil veces que este método de la pulserita con gps es un fraude, un engaña bobos, una forma fácil que tienen los políticos de sacarse la responsabilidad de encima, que a un tío así hay que encerrarlo de por vida y que nadie me venga con el cuento de la reinsercción, o la dignidad o los derechos del preso y demás pamplinas. Cada día se pone más en evidencia que el sistema penitenciario y judicial de España no sirve, porque los ciudadanos no nos encontramos protegidos y respaldados por las instituciones que dicen representarnos y a las que entregamos, en forma de impuestos, parte de nuestro trabajo. Es un sistema absoleto, lento y desprestigiado que ofrece una penosa impresión de querer proteger más al criminal y al delincuente que a la víctima y al perjudicado.
Si es cierto que la Justicia se administra en nombre del Rey, éste debe de estar hoy muy mal consigo mismo. Sin embargo mi malestar y el del resto de los ciudadanos es algo endémico. Las 332 mujeres muertas desde marzo de 2004, en que el "feminismo de pacotilla" en forma de Zapatero, alcanzó el poder, son buena prueba de ello.
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2 comentarios:
Tienes razón creo que el malestar que sentimos hoy todos los españoles no se puede comparar ya con nada, ni crisis ni os..as, jope no entiendo nada, opino como tu las dichosas pulseritas no valen para nada, he aqui la prueba, este subsodicho personaje se la quito para matar a su ex-mujer y funcionó pero los funcionarios o no estaban en su puesto cuando sonó o estaban tan distraidos que ni lo oyeron, asi que...englosamos a la lista otras dos mujeres más.
Un beso
LEZ
Lo lamentable de todo esto es que tenga que morir alguién por la incompetencia e inoperancia de políticos y jueces, los cuales probablemente no tendrán remordimientos de conciencia por una fechoria de este calibre. Y no digamos ya de que alguien tenga que dimitir o ser detenido y encarcelado. Eso es mision imposible, pero la muerta, muerta está.
Un Beso
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