Aguanto menos viendo un partido de fútbol que tomándome un cafe. El fútbol me aburre soberanamente, porque eso de ver a veinte y pico personas corriendo tras un trozo de cuero es de las cosas más ridículas que jamás se han inventado. Algunos dicen que esto del fútbol es un "deporte", pero yo no lo veo como tal, sino como una industria, cuyos "trabajadores", los fútbolistas viven hoy tan bien y gozan de tanta consideración social como hace algunos siglos les ocurría a los gladiadores de la Roma Imperial.
Sin embargo ayer hice una excepción a mi norma de no ver los partidos de fútbol ni televisión y me sente delante de la "caja tonta" convencido que podría aguantar los noventa minutos de la emisión. Nada más lejos de la realidad. En cuanto ví lo ocurrido con el himno de España ya se me empezaron a cruzar los cables. Tiene guasa que dos equipos de fútbol de dos regiones cuyos gobiernos autonómicos claman a favor del separatismo del resto de España, sean los que disputan una final de la "Copa del Rey". Hay que echarle narices al asunto. Equipos de fútbol como el Barcelona, cuyo presidente y algunos de sus jugadores proclaman a los cuatro vientos sus ideas ultras sin ningún tipo de reparo, o el Atlético de Bilbao en cuyo seno hay de todo menos futbolistas que quieran a España o a instituciones como la Monarquía Española. Porque vamos a ver, si estos dos equipos, junto a sus aficcionados, son un eslabón más del separatismo, entonces ¿porqué disputan el torneo de una institución tan española como la monarquía constitucional?. La verdad, es que no me cuadran las cuentas. O sí me cuadran, porque luego más tarde pensando de nuevo en este despropósito me dí cuenta que esta clase de eventos representan para los terroristas y quienes les amparan y dan cobijo una plataforma y un altavoz de primer orden para hacer propaganda de sus ideas separatistas y seccesionistas, propaganda que además les sale gratis mediante la televisión pública que todos pagamos, o sea, la televisión privada del Zejas.
Aparentemente los separatistas hacen mucho ruido, vociferan a grito pelado, pero todo es puro teatro, pura farsa, o sea, una fanfarronada, una rabieta, un caprichin de niño mal criado, ya que les faltan dos cojones para plantarse y decir: "no jugamos la final de la "Copa del Rey", porque estos son muy gallitos a la hora de chantajear y amenazar al resto de los españoles diciendo que no son España o gilipolleces similares, pero cuando les enseñas un billete de cinco euros o les dices que van a salir en la tele española (esa que tanto repudian), pierden el culo y se olvidan de sus reivindicaciones seccesionistas de postin, cartón piedra. En una palabra, es éste un separatismo que no tiene ni media hostia y como sigan por ese camino, no solo van a recibir la media hostia que no tienen donde recibir, sino también la otra mitad.
Sin embargo ayer hice una excepción a mi norma de no ver los partidos de fútbol ni televisión y me sente delante de la "caja tonta" convencido que podría aguantar los noventa minutos de la emisión. Nada más lejos de la realidad. En cuanto ví lo ocurrido con el himno de España ya se me empezaron a cruzar los cables. Tiene guasa que dos equipos de fútbol de dos regiones cuyos gobiernos autonómicos claman a favor del separatismo del resto de España, sean los que disputan una final de la "Copa del Rey". Hay que echarle narices al asunto. Equipos de fútbol como el Barcelona, cuyo presidente y algunos de sus jugadores proclaman a los cuatro vientos sus ideas ultras sin ningún tipo de reparo, o el Atlético de Bilbao en cuyo seno hay de todo menos futbolistas que quieran a España o a instituciones como la Monarquía Española. Porque vamos a ver, si estos dos equipos, junto a sus aficcionados, son un eslabón más del separatismo, entonces ¿porqué disputan el torneo de una institución tan española como la monarquía constitucional?. La verdad, es que no me cuadran las cuentas. O sí me cuadran, porque luego más tarde pensando de nuevo en este despropósito me dí cuenta que esta clase de eventos representan para los terroristas y quienes les amparan y dan cobijo una plataforma y un altavoz de primer orden para hacer propaganda de sus ideas separatistas y seccesionistas, propaganda que además les sale gratis mediante la televisión pública que todos pagamos, o sea, la televisión privada del Zejas.
Aparentemente los separatistas hacen mucho ruido, vociferan a grito pelado, pero todo es puro teatro, pura farsa, o sea, una fanfarronada, una rabieta, un caprichin de niño mal criado, ya que les faltan dos cojones para plantarse y decir: "no jugamos la final de la "Copa del Rey", porque estos son muy gallitos a la hora de chantajear y amenazar al resto de los españoles diciendo que no son España o gilipolleces similares, pero cuando les enseñas un billete de cinco euros o les dices que van a salir en la tele española (esa que tanto repudian), pierden el culo y se olvidan de sus reivindicaciones seccesionistas de postin, cartón piedra. En una palabra, es éste un separatismo que no tiene ni media hostia y como sigan por ese camino, no solo van a recibir la media hostia que no tienen donde recibir, sino también la otra mitad.
4 comentarios:
ZP, muy interesante observación. Estoy de acuerdo y no se a quien quieren engañar.
A propósito de separatistas, hace varios años cuando me interese por el árbol genealógico de mi familia, descubrí que mi apellido paterno es vasco. Viendo las estupideces que hacen hoy, creo entender el porque mi antepasado quiso olvidar de donde venia.
Me ha gustado eso que dices que dos partidos que pregonan el separatismo compitan por la copa del rey,Pero ya sabes, en el país de la hipocresía somos así: cambiamos la chaqueta las veces que haga falta y nos hacemos de la derecha, de la izquierda, comunitstas o separatistas. Es decir al son que nos toquen bailamos.
Al pueblo pan y circo y en tiempos de crisis la opción más barata es la caja tonta.
Hola Zurama:
¿a quién quieren engañar? pues supongo que a ellos mismos porque sus planteamientos políticos son inviables e irrealizables, pero como soñar no cuesta nada, pues ahí están, engañándose y pretendiendo engañarnos a los demás.
Qué triste tiene que ser para un emigrante querer olvidar de dónde viene, aunque visto lo que hay hoy día en las Vascongadas tampoco es muy extraño que uno quiera olvidar no la tierra de dónde viene, sino algunas personas que la habitan.
Un saludo
Mª Ángeles:
Creo que los dos hablamos de lo mismo, de algo que hoy no se lleva, es decir, hablamos de coherencia en lo personal y en lo político. Así se explica que la política sea la máxima expresión de la incoherencia, porque los políticos solo nos ofrecen, como bien dices, pan, circo y baile. La música la ponen ellos y el fútbol, también.
Saludos
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