¿Se pueden decir más mamarrachadas y gansadas por minuto? Probablemente sí pero hoy solo he encontrado lo que a continuación sigue: (La redacción de Zapaterolandia aconseja para proteger su salud, que antes de leer este artículo, debe usar un protector solar alto o en su defecto una mascara antigas)
Vivimos tiempos de retroceso y reacción. Cuando las mujeres feministas creíamos que nuestra doctrina y praxis poseían calado social, que lo peor había pasado y que nuestro camino avanzaba sobre justicia, paridad y visibilidad, asistimos asombradas a una recogida de velas en todos los campos de las libertades.
Una regresión que no deja de causarnos sorpresa, teniendo en cuenta, que el feminismo pelea con la fuerza de la razón, que nos lleva a la contundencia moral y a la afirmación tajante de que nosotras trabajamos para la libertad de todas las personas.
De nuevo, nos encontramos ante una paradoja. Por una parte, hemos conseguido más autonomía y libertad que nunca y por otra, hay un cortafuegos, que no se sabe de dónde viene, pero si a dónde va, para que retrocedamos allende los siglos de una forma tan brutal que ni Hypatia de Alejandría se miraría en nosotras.
Estamos viviendo una ola de reacción masculina y patriarcal contra todos los derechos conseguidos con nuestro trabajo y esfuerzo en las últimas décadas. Se nos ridiculiza en los medios, se nos discrimina en los trabajos, leemos sentencias jurídicas que niegan la existencia de mujeres agredidas. Y les puedo asegurar que se nos sigue vejando hasta en ambientes tildados de progresistas disfrazados de misoginia fashion.
-¿Qué está pasando con nuestras hermanas más necesitadas, a estas alturas del siglo XXI? ¿Cómo vivimos cada mañana al ponernos un sujetador o calzarnos pantalones el que estas “hermanas nacidas mujeres en países musulmanes” se las castigue por una práctica tan normal para nosotras?
-¿Porqué la religión, la tradición y la derecha-derecha caen, de nuevo, tan pesadamente sobre nuestros hombros?
-¿Porqué hay todavía manifestaciones cuyo objeto, siempre maquillado, es negarnos el derecho al aborto, la libertad, en definitiva para nuestros cuerpos, nuestras vidas, nuestra capacidad de decidir, y nuestra responsabilidad?
-¿Porqué la violencia de género brota y hasta germina entre la juventud con novedosa intensidad?
-¿Porqué la prostitución, con su trata de mujeres, se ha convertido en una fuente, tan beneficiosa para las mafias, junto al tráfico de armas y drogas?
-¿Qué hay contra nosotras de forma global que las religiones y el pensamiento conservador de izquierdas y derechas, nos prefieren calladas, castas, sumisas y fuera del poder?
-Y mucho ojo con los agentes económicos. Las mujeres pasamos más tiempo en trabajos no remunerados, que en los mal renumerados. Habida cuenta que los bien pagados siguen en ese Limbo eliminado por Ratztinguer.
-Las mujeres vivimos más tiempo, aunque en peores condiciones y con falta de información y campañas hacia nuestra salud. Necesitamos una economía real dotada de atención, a fin de que esas estadísticas que nos infieren un índice alto de longevidad, conduzcan al colectivo hacia menos pobreza y soledad.
El feminismo jamás ha derramado una gota de sangre, pero si de sudor y lágrimas.
Podrá haber pasos atrás, pero les aseguro que lo ya sembrado será nuestra aportación al bien social pase lo que pase y pese a quien pese.
Terminamos con un emocionado homenaje a nuestras 47 asesinadas hasta hoy, muertas por ser mujeres, así como también a tantas víctimas sumergidas y olvidadas.
Karmele Marchante
Casi se me salen las lagrimas de la emoción porque este artículo invita a la reflexión profunda. He llegado a la conclusión que debo de adoptar a Karmele como mi mascota, así tendría la parejita que tanto he deseado: Pepiño Blanco y Karmele Marchante, ambos están al mismo nivel intelectual.
(1) La redacción de Zapaterolandia aconseja para proteger su salud, que antes de leer este artículo, debe usar de un protector solar alto o en su defecto una mascara antigas.
De aquí
Vivimos tiempos de retroceso y reacción. Cuando las mujeres feministas creíamos que nuestra doctrina y praxis poseían calado social, que lo peor había pasado y que nuestro camino avanzaba sobre justicia, paridad y visibilidad, asistimos asombradas a una recogida de velas en todos los campos de las libertades.
Una regresión que no deja de causarnos sorpresa, teniendo en cuenta, que el feminismo pelea con la fuerza de la razón, que nos lleva a la contundencia moral y a la afirmación tajante de que nosotras trabajamos para la libertad de todas las personas.
De nuevo, nos encontramos ante una paradoja. Por una parte, hemos conseguido más autonomía y libertad que nunca y por otra, hay un cortafuegos, que no se sabe de dónde viene, pero si a dónde va, para que retrocedamos allende los siglos de una forma tan brutal que ni Hypatia de Alejandría se miraría en nosotras.
Estamos viviendo una ola de reacción masculina y patriarcal contra todos los derechos conseguidos con nuestro trabajo y esfuerzo en las últimas décadas. Se nos ridiculiza en los medios, se nos discrimina en los trabajos, leemos sentencias jurídicas que niegan la existencia de mujeres agredidas. Y les puedo asegurar que se nos sigue vejando hasta en ambientes tildados de progresistas disfrazados de misoginia fashion.
-¿Qué está pasando con nuestras hermanas más necesitadas, a estas alturas del siglo XXI? ¿Cómo vivimos cada mañana al ponernos un sujetador o calzarnos pantalones el que estas “hermanas nacidas mujeres en países musulmanes” se las castigue por una práctica tan normal para nosotras?
-¿Porqué la religión, la tradición y la derecha-derecha caen, de nuevo, tan pesadamente sobre nuestros hombros?
-¿Porqué hay todavía manifestaciones cuyo objeto, siempre maquillado, es negarnos el derecho al aborto, la libertad, en definitiva para nuestros cuerpos, nuestras vidas, nuestra capacidad de decidir, y nuestra responsabilidad?
-¿Porqué la violencia de género brota y hasta germina entre la juventud con novedosa intensidad?
-¿Porqué la prostitución, con su trata de mujeres, se ha convertido en una fuente, tan beneficiosa para las mafias, junto al tráfico de armas y drogas?
-¿Qué hay contra nosotras de forma global que las religiones y el pensamiento conservador de izquierdas y derechas, nos prefieren calladas, castas, sumisas y fuera del poder?
-Y mucho ojo con los agentes económicos. Las mujeres pasamos más tiempo en trabajos no remunerados, que en los mal renumerados. Habida cuenta que los bien pagados siguen en ese Limbo eliminado por Ratztinguer.
-Las mujeres vivimos más tiempo, aunque en peores condiciones y con falta de información y campañas hacia nuestra salud. Necesitamos una economía real dotada de atención, a fin de que esas estadísticas que nos infieren un índice alto de longevidad, conduzcan al colectivo hacia menos pobreza y soledad.
El feminismo jamás ha derramado una gota de sangre, pero si de sudor y lágrimas.
Podrá haber pasos atrás, pero les aseguro que lo ya sembrado será nuestra aportación al bien social pase lo que pase y pese a quien pese.
Terminamos con un emocionado homenaje a nuestras 47 asesinadas hasta hoy, muertas por ser mujeres, así como también a tantas víctimas sumergidas y olvidadas.
Karmele Marchante
Casi se me salen las lagrimas de la emoción porque este artículo invita a la reflexión profunda. He llegado a la conclusión que debo de adoptar a Karmele como mi mascota, así tendría la parejita que tanto he deseado: Pepiño Blanco y Karmele Marchante, ambos están al mismo nivel intelectual.
(1) La redacción de Zapaterolandia aconseja para proteger su salud, que antes de leer este artículo, debe usar de un protector solar alto o en su defecto una mascara antigas.
De aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario