SUIZA DICE NO A LOS MINARETES, NO AL ISLAM

Esta visto y demostrado que quienes formamos y constituimos un pueblo vamos por un lado y nuestros representantes políticos o religiosos van por el lado opuesto, a pesar de lo mucho que predican, el mucho empeño que ponen en ello y con toda la berborrea mediatica a su disposición.

Digo esto a propósito del referendum celebrado este fin de semana en Suiza, en el que la mayoría de los suizos han dicho que no quieren minaretes en las mezquitas. Sabia y acertada decisión del pueblo suizo, y sin duda un signo inequívoco del hartazgo que tenemos los europeos con esta chusma islamista que está invadiendo nuestro continente. Ojala sirva de ejemplo para el resto de Europa. Ese es el camino que tenemos que señalarles, el camino de regreso a sus guaridas.

Ayer domingo cuando leí la información me produjo dos sentimientos. El primero de humor y de una amplia carcajada al leer que el partido Verde de Suiza está indignadísimo con el resultado del referendum y dice que va llevar el asunto al tribunal europeo de derechos humanos. ¡ Hay que joderse con estos Verdes ! ¿Habrá algo más esperpéntico y estrambótico que ver a un partido ecologista defendiendo al islamismo nada más y nada menos que ante un tribunal de esta naturaleza? Es algo así como pedir amparo ante ese mismo tribunal para el nazismo o el comunismo.

Mi segundo sentimiento fue de indignación, rabia, dolor y perplejidad al leer que la Conferencia Episcopal Suiza, o sea, la Iglesia Católica, tampoco estaba conforme con el resultado del referendum porque dice que entorpece el diálogo interreligioso, lo cual resulta si cabe más sorprendente que lo expresado por los Verdes. Por lo visto los jerarcas de la Iglesia Suiza se hacen los suecos, es decir, como que no se enteran de los cientos de católicos y cristianos que mueren a menudo en países como Iran, Arabia Saudi, Pakistan por defender su fe. Allí el islam muestra su interes por el dialogo interreligioso. Quienes dirigen la Conferencia Episcopal suiza deberían ir a Iran e intentar construir allí una Iglesia, posiblemente a su regreso (si es que pueden regresar) no dirían las mismas estupideces progresistas que ahora. Es muy fácil dar "moralina" interreligiosa desde un cómodo despacho episcopal en Suiza o en España, cosa distinta es jugarse la vida a diario por defender tus creencias religiosas.

A pesar de que la mayoría de los suizos han dicho NO a los minaretes, no tengo ninguna confianza en que este referendum pueda servir para algo útil, sino más bien al contrario. No sería extraño que quienes han perdido el referendum, es decir, islamistas, élites políticas, económicas y religiosas, propongan ahora que el referendum sea declarado nulo o bien que se repita de nuevo. Así es como nuestros representantes entienden muchas veces la democracia.

Lo dicho, una cosa es la Europa oficial y otra es la Europa real.