El respeto hay que ganárselo cada día. Uno no puede ir por ahí haciendo el payaso con días del orgullo de no sé qué cosa y luego decir que los demás son unos fachas o unos intolerantes porque se rien de tí o porque ponen (ponemos) a parir a los maricones o a las mariconas cuando en realidad son los propios maricones, quienes hacen de su sexualidad y de su persona un circo, una burla y una befa.
A mí me importa una mierda si el juez Marlaska es maricón o deja de serlo o si quiere tirarse por un barranco, o machacársela con la tapa de un piano, no me interesa su vida sexual ni la de nadie, sobre todo porque yo tampoco voy contando por ahí la mía. Lo que me molesta es que algunos aprovechando su cargo quieren hacernos creer que esto de ser maricón es la cosa más normal del mundo porque "hasta los jueces son maricones" y los "raros" somos los demás.
Lo dicho, que deberían empezar a ganarse el respeto del prójimo.









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