“Juzgando por los síntomas
que tiene el animal,
bien puede estar hidrófobo,
bien puede no lo estar,
y afirma el gran Hipócrates
que el perro en caso tal
suele ladrar muchísimo
o suele no ladrar.
Con la lengua fuera,
torva la mirada,
húmedo el hocico,
débiles las patas,
muy caído el rabo,
las orejas gachas…
Todos estos signos
pruebas son de rabia
pero al mismo tiempo
bien pueden probar
que el perro está cansado
de tanto andar.
Doctores sapientísimos
que yo he estudiado bien
son en sus obras clínicas
de nuestro parecer:
que tiene el animal,
bien puede estar hidrófobo,
bien puede no lo estar,
y afirma el gran Hipócrates
que el perro en caso tal
suele ladrar muchísimo
o suele no ladrar.
Con la lengua fuera,
torva la mirada,
húmedo el hocico,
débiles las patas,
muy caído el rabo,
las orejas gachas…
Todos estos signos
pruebas son de rabia
pero al mismo tiempo
bien pueden probar
que el perro está cansado
de tanto andar.
Doctores sapientísimos
que yo he estudiado bien
son en sus obras clínicas
de nuestro parecer:
Fermentus virum rabicum
que in corpus canis est,
mortalis sont per accidens,
mortalis sont per se.
Para hacer la prueba
que es más necesaria,
agua le pusimos
en una jofaina
y él se fue gruñendo
sin probar el agua.
Todos estos signos
pruebas son de rabia,
pero al mismo tiempo
signos son, tal vez
de que el animalito
no tiene sed.
Y de esta opinión
nadie nos sacará:
¡El perro está rabioso
o no lo está!
que in corpus canis est,
mortalis sont per accidens,
mortalis sont per se.
Para hacer la prueba
que es más necesaria,
agua le pusimos
en una jofaina
y él se fue gruñendo
sin probar el agua.
Todos estos signos
pruebas son de rabia,
pero al mismo tiempo
signos son, tal vez
de que el animalito
no tiene sed.
Y de esta opinión
nadie nos sacará:
¡El perro está rabioso
o no lo está!
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