De verdad os lo digo, yo no sirvo para estas cosas de la política ni del politiqueo. No sirvo para estar en ese submundo de alcantarilla. Me quedo pasmado cuando veo algún concejal o algún diputado de cualquier partido discutiendo sobre el presupuesto del próximo año, o sobre el plan de urbanismo. Dan asco.
De verdad, lo repito, no sirvo para esto de la política, porque mi estómago y mis vísceras no tragan cualquier cosa y luego me indigesto.
Hablando de política y de políticos con lo único que sí disfruto es cuando los pongo a parir aquí en el blog y fuera de aquí. Ahí sí que me lo paso bien, porque reparto estopa a diestro y siniestro, aunque no toda la que quisiera, pero menos es nada. Me encuentro mejor y más cómodo en la España real y no en la oficial.
Y tú te preguntarás: ¿y a mí que cojones me importa si tu disfrutas o dejas de disfrutar con la política? Ya sé que no tienes ningún interés en saber qué pienso de la política y de los políticos, pero como este blog es mío (bueno en realidad es de google, pero me autoengaño y digo que es mío) y yo aquí escribo lo que me sale de los pinrreles, pues aquí queda dicho porque aplico el artículo 1 de las normas de mi blog, que dice: "Artº 1: aquí mando yo".
Ya está.
23.11.10
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