A mediodía del 3 de abril de 2004, la Policía española rodeaba un piso de Leganés donde supuestamente se refugiaban los responsables del atentado del 11-M. El entonces embajador de España en Marruecos, Fernando Arias-Salgado, llamó al ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Mohamed Benaissa, y le informó de que los presuntos responsables del 11-M estaban cercados.
"Ahora podremos saber quién es el autor intelectual del 11-M", dijo el embajador español, a lo que Benaissa contestó: "Si, sí. Y habrá muchas sorpresas". Cuando Zapatero tomó posesión de su cargo de presidente de gobierno, una de sus decisiones inmediatas, junto con la retirada de las tropas españolas de Irak, fue la destitución del embajador de España en Marruecos... (continúa)
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