La no sé qué Camacho, sí hombre, esa que está en el pp de Cataluña, resulta que se ha metido a humorista y amenaza con contar en televisión chistes de chinos y de zapatero.
El patetismo barroco pretendía transmitir a la gente mediante la pintura o la música un mensaje generalmente de carácter religioso y a fé que lo lograron. ¿Quién no se emociona ante una cantata o una misa de Bach y quién no ante una escultura de Gregorio Fernández?
El patetismo del pp es otra cosa que nada tiene que ver con el barroco ni con el arte ni con la religión, es el camino hacia lo esperpéntico, hacia el vertedero, es la repugnancia con dos patas, es el querer y no poder, es pretender hacerse la graciosa sin gracia. Esta tal no sé qué Camacho está ahí porque la han puesto con el calzador entre dos o tres, y ahora intentan que nos resulte graciosa y simpática a quienes nada tenemos que ver con el pp ni con la política. Con la cara que tiene veo difícil que pueda ganarse la vida haciendose la graciosa.
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