Ya lo he dicho en alguna ocasión: en España todos los partidos sin excepción son de izquierdas, lo que supone que la mayor parte de la gente, de la población, de nuestros vecinos y amigos son también de izquierdas y progresistas. Se ha ido generando una mentalidad colectiva a lo largo de estos últimos años con la creencia de que ser de izquierdas o ser socialista o comunista o progresista es algo bueno, moderno, positivo, justo y no sé cuantos calificativos más. La gente se pone de los nervios cuando oye hablar de nazismo o de fascismo, de los muchos crimenes y atrocidades cometidos en nombre de estas ideologías. Es pura ignorancia, es simple desconocimiento de la historia no porque el nazismo o el fascismo me gusten y no se les pueda criticar sino porque no se critica con el mismo empeño e ímpetu al comunismo o al socialismo. Aquí la mayoría ve normal que existan partidos socialistas o comunistas pero se produce una histeria colectiva si en nuestros ayuntamientos o comunidades autónomas mandase un partido nazi o fascista.
No descubro nada nuevo si digo que el socialismo y el comunismo han sido las ideologías que más seres humanos han masacrado a lo largo de nuestra historia, el fascismo y el nazismo parecen una broma de mal gusto al lado del comunismo o el socialismo que representa Zp, RuGALcaba o Pepiño el de los Palotes. Socialistas y comunistas han logrado erradicar de la historia y silenciar a los millones y millones de seres humanos que han matado, China, Cuba, Rusia... Sirva un solo ejemplo muy significativo de lo que digo. Si uno se pone a buscar información en la red sobre las víctimas del comunismo o del socialismo se cuentan con los dedos de una mano las páginas que facilitan esa información de forma objetiva y contando la verdad de los hechos. No me refiero a páginas de grupos nazis o fascistas, sino páginas de ciudadanos anónimos que nada tienen que ver con el nazismo o el fascismo.
Bueno, todo esto viene a cuento porque hoy ha salido publicada la noticia de la muerte de Jorge Semprún y es una buena ocasión para que comprobemos como los medios de comunicación, los partidos políticos, las instituciones, los sindicatos, la jerarquía de la iglesia, los vegetarianos, las feministas, los etarras, el vecino del quinto, los de la ceja y el mecánico del garaje, lloran por la muerte de un comunista como Semprún. Nadie llora por la muerte de un nazi o un fascista, por un comunista, sí. Ambas ideologías son igualmente criminales, destructivas y genocidas pero no encontrareis ni media línea criticando las perversidades y atrocidades del comunismo ni una sola palabra contra Semprún "un intelectual" (todos los de izquierdas son "intelectuales", intelectuales del crimen y la masacre, se entiende).
Menos mal que uno ya está curado de espanto y quedan pocas cosas que me puedan sorprender.
2 comentarios:
El comunismo es una utopía, realmente los pilares tienen una buena base, una lógica aparente, pero disfraza una dictadura de estados.
Los que somos conservadores, asta podríamos aplicar el comunismo en la derecha, tiene unos pilares importantes, sin olvidar la patria que te tendría que preocuparse de tu futuro, pero no se cumple, no existe la igualdad, siempre están los que mandan, cuando los que mandan es el pueblo.
El tener que ir a votar seria un lio de narices, si el pueblo tuviese que decidir todo lo que se debate en el congreso, por eso están esas ratas decidiendo por nosotros, pero existe tecnología para que estos tengan en cierta medida los días contados, ya que con el dni digital y otras medidas de seguridad, todos podemos decidir muchos temas importantes.
Los vampiros estos tienen que terminarse, medios hay. Tendría que sanearse asta los medios de comunicación que son muy poderos para manipular al pueblo, penas de cárcel iguales a los etarras a los políticos, que sus consecuencias afectan a millones de ciudadanos, este país necesita mano dura, me duele ver mi país así, me avergüenza muchas veces en los tiempos que vivimos tantas tonterías.
Siempre me ha parecido sorprendente, por lo absurdo, que goce de prestigio el comunismo y, por contra, sea considerado, como un crimen, el fascismo. No entenderé nunca que pueda ser motivo de honra la militancia en un partido comunista, y, de deshonra, pertenecer a uno fascista.
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