donde haya muertos,
para llamarles ante el trono.
Muerte y naturaleza quedarán aterradas,
cuando resuciten todos los muertos,
para rendir cuentas al Juez.
Se abrirán los libros en los que consta
lo que se ha hecho en la vida
y según lo cual seremos juzgados.
Cuando el Juez se haya sentado, todo se
manifestará, por oculto que esté,
y nada quedará sin su premio o castigo.
¿Qué podré responder, desgraciado de mi?
¿A qué protector invocar, cuando
ni los mismos justos estarán seguros?
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