Notas:

6.10.12

AÑORANZAS

“Yo soy, bien lo sabe usted, un catalán empedernido y recalcitrante. Cada día amo más a mi país, y más lo venero (…) Y no vale decir todo esto que ahora se estila de patria chica y patria grande, clasificación que nunca entendí, y que jamás entró en mi pobre magín. ¿Qué quiere decir esto de patria chica, o patria grande? La patria es única: es una sola, y ésta es siempre grande. ¡Mi patria! Para mí es la mayor de todas. ¡Mi patria! Yo no conozco más que una. La otra, grande o chica, será patria de los demás; nunca mía. Lo que hay es que una cosa es la patria (España) y otra el hogar (Cataluña); como una cosa es la sociedad y otra la familia. ¿Soy yo por ventura regionalista como ahora se dice? No lo sé. Creo que sí, pero en el sentido y con el alcance que yo doy a la voz regionalismo, que todavía no ha definido ni fijado la Academia. Soy, sí, regionalista; pero no de esos al uso. No lo soy hasta el punto de faltar a mi patria española por mi hogar catalán, que la patria está por encima de todo; lo soy sí, hasta el punto de que por el amor a mi patria no he de olvidar el amor a mi hogar (…) (Respecto a los castellanos) Lo que no tenemos es el mismo hogar. Cada uno, desde el nuestro, desde el seno de nuestra familia, acudimos a orar en el templo que nos es común, y allí al pie mismo del altar, comulgamos juntos en nuestro amor a España. Siempre me oyó usted hablar de esta manera ¿no es verdad? ¡Así Dios me conserve mi patria, y en ella siempre, siempre, mi hogar!”.

Víctor Balaguer. Añoranzas. 1893

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