Rariano, como el barbero de Sevilla, corta y recorta por todos lados pero siempre a nuestra cuenta. ¿Habeis oído a algún político quejarse porque no le alcance el sueldo o porque tienen que ir a Cáritas a buscar alimentos o ropa con los que alimentarse y vestirse? Se delatan a sí mismos y siguen dándose la vida padre, con crisis o sin ella, con democracia o con dictadura, pero siempre a nuestra cuenta. Necesito ver a algún diputado, parlamentario o ministro revolver en los cubos de la basura o haciendo cola en una oficina del inem para acabar de creerme que hay crisis, mientras eso no ocurra seguiré pensando que lo que llaman crisis no es que una realidad macabra y esperpéntica inventada para nosotros.
Con los sindicalistas de hoy ocurre otro tanto. Han permanecido callados, sordos y ciegos durante muchos años ante toda clase de injusticias y abusos y se acuerdan ahora de la huelga general, ahora que hemos llegado aquí con su colaboración y participación. Hasta hoy, mientras todo se nos venía encima nada alegaban, todo era vino, rosas, mariscadas, lujo, cruceros y derroche por todas partes, corría y corre el dinero del estado por los sindicatos como el agua por los ríos, el dinero de nuestros impuestos, millones que los gobiernos han tirado por las cloacas sindicales sin preguntarnos si estabamos o no de acuerdo con ello, regalos millonarios que se hacían y hacen para comprar sus favores y voluntades, con cualquier excusa, como los cursos de formación, o por tener no sé cuantos delegados sindicales o para alfabetizar prostitutas y otros tantos milones que se han embolsado por la negociación de los eres, la negociación de convenios, la especulación urbanística, la participación en consejos de administración de empresas, bancos, cajas de ahorros, cooperativas, entes públicos, etc. Nadie les exige cuentas ni explicaciones de a dónde ha ido a parar todo ese dinero público, que es nuestro dinero, ni hacienda, ni gobierno alguno se ha preocupado de inspeccionar sus cuentas Y ahora vienen a convocar una pantomímica huelga general. Embusteros, cínicos, caraduras, falsos, hipócritas, sinvergüenzas. Ladrones.
Por lo que a mi respeta se pueden ir todos a la mierda, tanto políticos como sindicalistas. No pienso ir a votar jamás a esta calaña ni tampoco ser copartícipe fingiendo huelgas generales. Todos están a lo mismo pero a mi ya no me engañan.
1 comentario:
Hombre, ¿no dijo un diputado que ganaba 5.000 euros y las pasaba canutas para llegar a fin de mes? Si eso no es crisis, ya no sé qué puede serlo.
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