Notas:

31.7.13

LO EFÍMERO Y LA BANALIDAD DE LA VIDA VAN EN TREN

Era lo que faltaba para levantarnos el ánimo.

El accidente del tren en Santiago nos ha dejado a todos muy tocados animicamente. Todavía no estan curadas las heridas del 11m y otra vez a vueltas con un tren, quien más, quien menos, volviendo a rememorar aquel atentado, aquella trama, aquella conspiración estatal, policial y judicial, de nuevo volvemos a ver cadáveres sobre las vías del tren, de nuevo volvemos a tener los mismos sentimientos de impotencia, rabia, desesperación, angustia, y pesimismo. Se le quitan a uno las ganas de vivir, trabajar, de hacer, de sonreír, como país no tenemos solución ni arreglo, por eso estas cosas solamente ocurren aquí.

No voy a culpar a nadie de este accidente, no estaba allí para ver cómo ocurrió ni soy experto ni entendido en trenes, pero aunque la culpa fuese del conductor como parece juzgar todo el mundo, creo que él también es una víctima más, porque debe ser muy duro vivir con 79 muertos sobre sus espaldas el resto de su vida.

Santiago nos ha recordado lo efímera que es la vida y quienes la vivimos, la banalidad y nimiedad de nuestras conductas, de nuestras discusiones y de todos nuestros actos. Pero, claro, para eso ha sido necesario que en el día de nuestro Patrón mueran 79 personas en esas condiciones. ¡ Qué miserables y ruines somos !

Va tener que pasar mucho tiempo para que nos podamos recuperar de estos traumas, y no va ser fácil. Mientras tanto pido que los muertos descansen en paz.

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