El anuncio de los vikingos de que el mundo se acabaría la pasada semana, solamente se ha quedado en un simulacro de los criminales de eta de que "entregaban" las armas, y que el whatsapp dejó de funcionar unas horas.
Que el mundo no se haya acabado cuando decían los vikingos me ha dolido bastante, porque ya estaba preparado e incluso me había comprado un traje para la ocasión. Siempre he sido partidario de la idea de que aunque el mundo se acabe uno no debe perder la compostura y los buenos modales.
Luego se cortó la comunicación con el whatsapp y la gente no podía decirse cosas por el teléfono. Para mí esa fue la señal definitiva del fin de los tiempos. Pero nada, que ni con los fallos del whatsapp se daba por liquidado este mundo.
Y para rematarla, unos psicópatas y criminales de las Vascongadas dicen que van a entregar las armas y que, después de haber hecho un curso por correspondencia, han decidido convertirse al pacifismo y al vegetarianismo más extremo y al hare krishna por lo civil, como pruebas irrefutables de su buena fe. Y yo les creí todavía con más fe porque eran tantas y tan evidentes las pruebas de que al mundo le quedaban dos telediarios.
Y así permanecí el resto del fin de semana, sentado y esperando que el mundo se terminara de una puñetera vez. Y ahora de postre me entero que los políticos van hacer eso del "estado de la canción de eurovisión". Pues veremos si a la tercera va la vencida y el mundo se acaba.
Como podeis ver, todo es muy creíble y verosimil y así nos luce el pelo, com los mayas, los vikingos y los cambios climáticos de las alianzas de las civilizaciones rarianas.
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