Notas:

30.7.15

LA MORAL SIMPLE, LA DOBLE MORAL, LA TRIPLE MORAL

Esta España nuestra es un país de caraduras, cinicos y desvergonzados, y no es que este descubriendo nada nuevo diciendo esto. La picaresca lo describe mejor que yo y el socialismo y el comunismo, posteriormente, se han encargado de moldear las mentes de la gente de la forma más hipócrita y embustera con su doble moral.

Hace unos años, cuando empezó la manía esta de los teléfonos móviles las operadoras comenzaron a instalar en los tejados de las viviendas las antenas dichosas para que los teléfonos pudieran funcionar. Todos recordamos los cristos que se montaron por quienes hacían uso de esos mismos teléfonos: manifestaciones, litigios que trataban de demostrar por el técnico de turno que las antenas producían cáncer, que emitían radioactividad, que si las ondas y otras tonterias parecidas, estudios todos ellos muy sesudos y científicos. Eso sí, nadie renunciaba ni renuncia a la comodidad del teléfono móvil, pero la antena que no la pongan sobre el tejado de mi vivienda, que se la pongan a otros. Menuda doble moral, menudos embusteros.

Algo parecido ocurre con el petróleo. Los "anti" van en coche a las manifestaciones ecologistas "por un mundo sin contaminación"; coche que funciona gracias al petróleo, por una carretera o una calle hechas gracias al petróleo, vestidos con ropa hecha a base de petróleo. Todo lo que nos rodea funciona gracias al petróleo, a la gasolina, hasta las manzanas o las lechugas ecológicas son fruto del petróleo, pero a la gente le produce repelús la palabra.  Cuanto trilero y cuanto engañabobos hay en España. Están por todas partes.

Villar de Cañas es otro ejemplo. En este caso la doble moral consiste en protestar porque van a construir allí un almacén de residuos radioactivos y no decir ni pío cuando quien está protestando enciende la luz de su casa o hace uso de la energía eléctrica que necesita su frigorífico para enfriar la cerveza que se toma en verano; energía eléctrica que compramos a Francia a un precio multimillonario y que producen las centrales nucleares francesas. Aquí somos demasiado puretas y muy guays por vía ecologísta y vivimos del cuento ecologista de que las centrales nucleares son malísimas y los residuos nucleares también. Mejor que estas cosas se pongan en Francia que así nos sale más barato todo y en caso de que explote la central, la radiación no alcanzará a España ya que es bien sabido que la radiación nuclear siempre respeta las fronteras entre países. Nosotros a lo nuestro: a cuidar lagartijas, al cambio climático y a seguir creyendo que los perros son personas, que es lo que toca

Está visto que aquí no cabe un cínico más.

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