LOS APELLIDOS

Tanto dar vueltas sobre sí mismos para terminar creyéndose que son el centro del universo y que el mundo gira a su alrededor, total para no llegar a ninguna parte. No tienen ideas sobre nada, lo desconocen todo y por no saben no saben hacer la o con un canuto, su voluntad está dirigida exclusivamente a crear cualquier mamarrachada que les parezca simpática y oportuna, sobre todo si tiene un origen o fundamento católico, porque ir o estar contra lo católico es lo progre, lo moderno. El cardenal Cisneros sentó las bases para identificar a las personas por su nombre y apellidos, primero el del padre y luego el de la madre. Es una tradición que se viene conservando en España desde el año 1500 aproximadamente, y que posteriormente el poder civil hizo suyo en el siglo diecinueve con la creación de la ley del registro civil, pero visto lo visto para muchos de estos descerebrados del pp o de podemos, y similares hijos de la gran puta, todo ese acervo religioso y civil ya no tiene valor, no sirve para nada, pues lo feten es que el apellido paterno ya no primará a partir del próximo 30 de junio. 

Al paso que vamos acabaran decretando que todos nos volvamos maricones y a identificarnos igual que las mascotas. Es la puta socialdemocracia de nuestros (des) gobernantes.

Si á un padre un hijo querido

A la guerra se le va,

Para el camino le da

Un Don y un buen apellido.

El que Ponce se ha llamado

Se añade luego León,

El que Guevara, Ladrón,

Y Mendoza el que es Hurtado.

Yo conocí un tal por cual

Que á cierto Conde servía

Y Sotillo se decía.

Crezió un poco su caudal

Salió de mísero y roto,

Hizo una ausencia de un mes,

Conozíle yo después

Y ya se llamaba Soto.

Vino á fortuna mayor,

Eran sus nombres de gonces,

Llegó a ser rico y entónces

Se llamó Soto Mayor.

Calderón de la Barca. De los apellidos.