Notas:

15.8.20

LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN

 

 Bajo tu amparo nos acogemos,

santa Madre de Dios; 

no deseches las oraciones que te dirigimos en

nuestras necesidades,

antes bien líbranos de todo peligro,

 ¡oh Virgen gloriosa y bendita!

 

 

 

Se abrió en el cielo el santuario de Dios y apareció en su santuario el arca de su alianza.

Un gran signo apareció en el cielo: una mujer vestida del sol y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; y está encinta, y grita con dolores de parto y con el tormento de dar a luz.

Y apareció otra signo en el cielo: un gran dragón rojo que tiene siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas, y su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra.

Y el dragón se puso en pie ante la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo cuando lo diera a luz.

Y dio a luz un hijo varón, destinado el que ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro, y fue arrebatado su hijo junto a Dios y junto a su trono; y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios.

Y oí una gran voz en el cielo que decía:

«Ahora se ha establecido la salvación y el poder y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo».

 Libro del Apocalipsis, 11

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