En cuanto llegó la policía se debio de cagar por las patas abajo. Fijaros en la cara de miedo que tenía. Igual pensaba, en su ignorancia, que sus "valientes" defensores quemarían la universidad para defenderlo. Jódete y quédate una temporada en la cárcel que nos vendrá bien a todos para vernos libres del virus, del virus de tu odio comunista-terrorista.
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