El año 1937 fue convulso para toda Europa, mientras en España la Guerra Civil se cobraba miles de vidas y en Alemania el águila nazi empezaba a alzar el vuelo, Francia vivió una epidemia de asesinatos que sacudió su capital entre julio y noviembre. Los métodos eran siempre los mismos: ejecución por tiro en la nuca o estrangulamiento. Así cayeron desde una popular bailarina estadounidense, hasta un agente de bienes raíces. El culpable era un asesino en serie llamado Eugène Weidmann, así como algunos compinches casuales como Roger Million. Su reino del terror terminó en 1938, cuando fue capturado y llevado ante la justicia. Un año después, el 17 de junio, la pesada hoja de la guillotina cayó sobre su cuello en la que fue la última ejecución pública del país..... (Sigue aquí)
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Esta es la Francia real, la auténtica, la que nos pone a parir a los españoles como un pueblo inculto, atrasado, semianalfabeto, la que nos critica por la inquisición que ellos mismos habían inventado y creado siglos antes de su llegada a España, la misma Francia que nos perdona la vida por descubrir América, la que aún a día de hoy dice que España no es un país democrático donde no existe la libertad. Esta es Francia, la patria de Napoleón, el mayor criminal que ha existido en la historia de la humanidad, la Francia cuya máxima aportación a la ciencia ha sido inventar una máquina para cortar cabezas. Esta es Francia, la gran colaboradora y patrocinadora del nazismo y ahora paradigma de los derechos humanos. Esta es Francia a la que tantos y tantos españoles admiran hoy como referente cultural e intelectual y la que tantas mentiras, bulos y falsedades cuenta sobre España. La Francia que siempre ha apoyado a eta y a sus sicarios. La Francia que ha creado un imperio basura a lo largo de todo el mundo (India, Libano, Argelia, Marruecos, Tunez, Congo, Guinea francesa) dejando a su paso guerras, ruina y miseria. Esta es Francia, un país creado y formado por individuos resentidos con España y con un elevado complejo de superioridad. La Francia que en 1939 todavía ejecutaba en la plaza pública a los condenados, de la misma forma que quemaban brujas en la hoguera o mataban cátaros como moscas en otros tiempos.
¡Oh là là c'est trop jolie!
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