La asquerosidad o repugnancia que muchos sentimos por Pedro Sánchez o Pablo Iglesias no es otra cosa que asquerosidad o repugnancia por nosotros mismos.
No tratemos de justificar nuestro hastío con el actual gobierno diciendo que Pedro Sánchez o Pablo Iglesias son comunistas, pedófilos o socialistas. Es que los españoles somos así. Ya tiene delito que quienes provocaron una guerra civil en la que murieron un millón de españoles, vuelvan de nuevo a intentarlo formando parte de un gobierno, como si aquí no hubiese pasado nada, cuando en realidad tendrían que estar ilegalizados y en prisión.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no son extraterrestres que un buen día llegaron de otra galaxia y se apoderaron de las instituciones. Si ellos están ahí es porque alguién los ha elegido y alguien permite, consiente y quiere que sigan ahí y no entre rejas.
Ya podeis ir perdiendo toda esperanza. Franco con cuarenta años de dictadura no ha sido capaz de acabar con ellos porque Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no son otra cosa que el espejo en el que se refleja nuestra imagen y no nos gusta cómo somos.
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