Marquesa, mal fin tenga tu cuerpo, permita Dios que
te veas en las manos del verdugo y arrastrada como las culebras, que te
mueras de hambre, que los perros te coman, que malos cuervos te saquen
los ojos, que Jesucristo te mande una sarna perruna por mucho tiempo,
que tu marido te ponga los cuernos, que mis ojos te vean
colgada de la horca y que sea yo el que te tire de los pies, y que los
diablos te lleven en cuerpo y alma al infierno. (Maldición gitana)
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