En vista de lo que hay por ahí he llegado a la conclusión que existen muchas personas que han perdido por completo la cabeza y confunden con demasiada frecuencia a los perros y a otros animales con los seres humanos. Muchos humanos hablan y razonan con sus animales como si fuesen sus hijos, sus parejas o sus amigos. Yo creía que estas cosas quien más quien menos las tenía claras y todos sabíamos diferenciar la velocidad del tocino, pero cada vez que voy por la calle veo y oigo cada cosa que válgame el señor. Las frustraciones humanas son terribles y llevan a que el humano se enmarañe con la realidad.
Lección primera:
Un perro no es un ser humano.
Un perro no es una persona.
Un perro no tiene derechos ni deberes.
Un perro es un animal, igual que una serpiente, un pájaro o un pez.
Un perro no habla ni entiende el lenguaje humano. Un perro ladra, no habla.
Un perro no te quiere, ya que carece de esa cualidad humana.
Un perro no tiene moral y por tanto desconoce el bien y el mal.
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