Tras la retirada de los partidos de la oposición, los correligionarios del presidente, Hugo Chávez, se preparan para ejercer su hegemonía en el Parlamento 
La desgana y la abstención de los electores son tan fuertes y palpables que el Gobierno de Hugo Chávez tuvo que prolongar la campaña electoral durante 48 horas más para animarlos a que vayan hoy a votar para elegir a los 167 diputados de la Asamblea Nacional. La mayoría de los actuales 79 de la oposición decidió retirarse esta semana por desconfiar del sistema electrónico de votación.
El período de reflexión fue borrado de un solo plumazo. Hasta ayer las caravanas de los partidarios de Chávez con letreros de que «el pueblo no se retira» recorrían ruidosamente las calles. Los altos cargos del Gobierno también tuvieron que hacer llamamientos desesperados por la televisión para que acudan a las urnas. Las páginas de los diarios se abarrotaron con anuncios de empresas públicas como Petróleos de Venezuela y otras, en las que se pedía el voto a favor de los candidatos oficialistas, lo que no está permitido por ley.
Muchos electores que están en la nómina de la administración pública, de unos 3,5 millones de empleados en todo el país, y que pidieron a este diario no revelar sus nombres, aseguraron que fueron obligados a votar por el Gobierno desde el referéndum presidencial del año pasado, porque de no hacerlo iban a ser despedidos. El Gobierno tiene las listas de los catorce millones de electores, con su identidad y domicilio, y sabe por quién vota cada uno. Con ellas y el sistema electrónico de las máquinas de votación controla las elecciones.
Advertencia a los obispos.
Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática (AD), el primero en dar el paso de retirarse de la contienda, denunció públicamente la ventaja del Gobierno al financiar «descaradamente» la campaña de sus candidatos.
Tanto para los que van a votar como para los que no, la Iglesia católica celebrará misas en todos los templos del país desde las 10 de la mañana hasta mediodía. Los electores podrán tener allí un espacio de recogimiento y reflexión. Chávez, que a partir de hoy tendrá el poder absoluto y la hegemonía anhelada con su partido único dueño de la Asamblea, advirtió a los prelados católicos, con quienes no ha tenido buenas relaciones, de que non usen las iglesias para fines políticos.
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La desgana y la abstención de los electores son tan fuertes y palpables que el Gobierno de Hugo Chávez tuvo que prolongar la campaña electoral durante 48 horas más para animarlos a que vayan hoy a votar para elegir a los 167 diputados de la Asamblea Nacional. La mayoría de los actuales 79 de la oposición decidió retirarse esta semana por desconfiar del sistema electrónico de votación.El período de reflexión fue borrado de un solo plumazo. Hasta ayer las caravanas de los partidarios de Chávez con letreros de que «el pueblo no se retira» recorrían ruidosamente las calles. Los altos cargos del Gobierno también tuvieron que hacer llamamientos desesperados por la televisión para que acudan a las urnas. Las páginas de los diarios se abarrotaron con anuncios de empresas públicas como Petróleos de Venezuela y otras, en las que se pedía el voto a favor de los candidatos oficialistas, lo que no está permitido por ley.
Muchos electores que están en la nómina de la administración pública, de unos 3,5 millones de empleados en todo el país, y que pidieron a este diario no revelar sus nombres, aseguraron que fueron obligados a votar por el Gobierno desde el referéndum presidencial del año pasado, porque de no hacerlo iban a ser despedidos. El Gobierno tiene las listas de los catorce millones de electores, con su identidad y domicilio, y sabe por quién vota cada uno. Con ellas y el sistema electrónico de las máquinas de votación controla las elecciones.
Advertencia a los obispos.
Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática (AD), el primero en dar el paso de retirarse de la contienda, denunció públicamente la ventaja del Gobierno al financiar «descaradamente» la campaña de sus candidatos.
Tanto para los que van a votar como para los que no, la Iglesia católica celebrará misas en todos los templos del país desde las 10 de la mañana hasta mediodía. Los electores podrán tener allí un espacio de recogimiento y reflexión. Chávez, que a partir de hoy tendrá el poder absoluto y la hegemonía anhelada con su partido único dueño de la Asamblea, advirtió a los prelados católicos, con quienes no ha tenido buenas relaciones, de que non usen las iglesias para fines políticos.
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