El ex presidente del gobierno español, José María Aznar, ha afirmado que la "fascinación" que tienen socialistas y nacionalistas por los conceptos colectivos puede tener consecuencias trágicas y comparó esta política con el movimiento islámico radical, durante su intervención en las jornadas de estudio del Partido Popular Europeo (PPE), que se están realizando en Roma.
"Esta fascinación por los conceptos colectivos, en la que han caído gran parte de los autoproclamados intelectuales progresistas, a lo que lleva es a considerar más importantes supuestos derechos colectivos que los de la persona, un error que puede tener y ha tenido históricamente consecuencias trágicas", dijo Aznar.
El ex presidente continuó explicando que "esta característica es común a la utopía socialista y las ensoñaciones nacionalistas, y como no, también es un elemento muy claro en el movimiento yihadista del islamismo radical".
En la intervención sobre el tema 'La Europa de la división a la unión. Valores e identidad', Aznar comentó que "Europa es una realidad basada en valores" y que "conviene recordarlos porque a veces algunos pretenden llevarnos por el camino de la confusión intelectual y moral".
Para Aznar, los principales valores de Europa son "la concepción de la persona, como ser único en su dignidad libre y responsable", por lo que denunció que "algunos, no inocentemente han querido olvidarlo pero la realidad es así", así como la libertad de las personas, política y económica; la democracia; los derechos de la persona y su dignidad inalienable y el estado de derecho basado en la ley igual para todos, expresión de voluntad popular.
"Estos valores tienen una proyección universal, aunque su origen geográfico sea Europa y son los que están en la base de la relación atlántica", explicó Aznar que añadió que "Europa, como le ocurre a España no puede entenderse sin América y el futuro de Europa y de España tiene una dimensión atlántica".
Crisis de Europa
El ex mandatario español agregó que "Europa vive una crisis profunda y prolongada. Hay un sentimiento de falta de rumbo y de objetivos claros" y culpó de estas crisis "a una renuncia a nuestros valores y a la falta de voluntad de defenderlos".
Como ejemplo de la crisis, Aznar citó la publicación de las viñetas sobre Mahoma. "Parecía que nos avergonzábamos de nosotros mismos y que había que pedir perdón por vivir en sociedades libres", comentó.
"Si no defendemos con firmeza que el único límite a la libertad de expresión o a la libertad religiosa está marcado por la ley, aplicada por tribunales independientes, estamos abriendo una grieta por debajo de la línea de flotación de nuestros sistemas políticos", añadió.
"La mayor amenaza es el terrorismo"
Aznar comentó que para que la voz de Europa sea escuchada con respeto "el mejor aliado que podemos buscar en este empeño está al otro lado del Atlántico" porque si no sería como rendirse "ante un enemigo, que está determinado a acabar con nuestro sistema de libertades y con la democracia".
Este enemigo, "que quiere evitar a toda costa que la libertad arraigue en Afganistán o en Irak, y que quiere poner de rodillas a Europa y a otras democracias occidentales" para lograr sus fines "usa el terrorismo" que es "el mayor riesgo que amenaza todo el mundo occidental, el mundo que se basa en estos valores y del que Europa forma parte".
Para "acabar con este enemigo", Aznar explicó que "hay que tener claras cuáles son las ideas y los valores que debemos defender como cuestión fundamental" y hacerlo "sin complejos".
Preocupado por el nacionalismo económico
Aznar continuó su discurso mostrando su preocupación por que "Europa no está generando la confianza necesaria y suficiente para crecer y crear empleo", así como por el resurgir de "peligrosas tendencias al nacionalismo económico, camufladas por la vieja retórica del proteccionismo".
"Europa necesita más mercado, mas integración, más apertura y flexibilidad. Lo que no necesita es más intervencionismo, más proteccionismo y la falta de voluntad de hacer reformas", agregó Aznar, diciendo que "la mejor política social que existe es la de crear empleo" y esto sólo sucede cuando "se genera confianza y los agentes económicos pueden tomar con libertad sus decisiones".
Para solucionar estos problemas, Aznar propuso "crear una Europa abierta que encare con confianza la globalización. Restablecer el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y emprender la agenda de reformas económicas".
Las consecuencias del multiculturalismo
Aznar pasó después a hablar de la inmigración como "uno de los grandes retos del este siglo" y pidió afrontarlo con dos ideas claras: "dentro de la ley combatiendo las mafias que trafican con personas y buscando la integración en nuestras sociedades y en nuestros sistemas de valores de las personas que vienen a labrarse un futuro mejor".
Pero puntualizó que "la trampa del multiculturalismo sólo lleva a crear guetos y a fracturas en nuestras sociedades" y realizó un llamamiento para que se abra el debate sobre "dónde llegan las fronteras de Europa". "Europa no puede extenderse indefinidamente y en algún punto se tiene que acabar", añadió.
Para concluir, el ex líder del PP pidió a los dirigentes europeos que "propongan soluciones a los problemas reales y no se pierdan en debates falsos. No creo que el debate institucional sea la prioridad correcta".
Asimismo añadió que a veces se cae en debates "estériles y agotadores" y que sería mejor presentar una agenda política ambiciosa en vez de poner en cuestión cada cierto tiempo la arquitectura institucional". "Sería un fraude presentar la misma opción camuflada o troceada cuando, nos guste o no nos guste, ha sido ya rechazada", puntualizó.
"Esta fascinación por los conceptos colectivos, en la que han caído gran parte de los autoproclamados intelectuales progresistas, a lo que lleva es a considerar más importantes supuestos derechos colectivos que los de la persona, un error que puede tener y ha tenido históricamente consecuencias trágicas", dijo Aznar.
El ex presidente continuó explicando que "esta característica es común a la utopía socialista y las ensoñaciones nacionalistas, y como no, también es un elemento muy claro en el movimiento yihadista del islamismo radical".
En la intervención sobre el tema 'La Europa de la división a la unión. Valores e identidad', Aznar comentó que "Europa es una realidad basada en valores" y que "conviene recordarlos porque a veces algunos pretenden llevarnos por el camino de la confusión intelectual y moral".
Para Aznar, los principales valores de Europa son "la concepción de la persona, como ser único en su dignidad libre y responsable", por lo que denunció que "algunos, no inocentemente han querido olvidarlo pero la realidad es así", así como la libertad de las personas, política y económica; la democracia; los derechos de la persona y su dignidad inalienable y el estado de derecho basado en la ley igual para todos, expresión de voluntad popular.
"Estos valores tienen una proyección universal, aunque su origen geográfico sea Europa y son los que están en la base de la relación atlántica", explicó Aznar que añadió que "Europa, como le ocurre a España no puede entenderse sin América y el futuro de Europa y de España tiene una dimensión atlántica".
Crisis de Europa
El ex mandatario español agregó que "Europa vive una crisis profunda y prolongada. Hay un sentimiento de falta de rumbo y de objetivos claros" y culpó de estas crisis "a una renuncia a nuestros valores y a la falta de voluntad de defenderlos".
Como ejemplo de la crisis, Aznar citó la publicación de las viñetas sobre Mahoma. "Parecía que nos avergonzábamos de nosotros mismos y que había que pedir perdón por vivir en sociedades libres", comentó.
"Si no defendemos con firmeza que el único límite a la libertad de expresión o a la libertad religiosa está marcado por la ley, aplicada por tribunales independientes, estamos abriendo una grieta por debajo de la línea de flotación de nuestros sistemas políticos", añadió.
"La mayor amenaza es el terrorismo"
Aznar comentó que para que la voz de Europa sea escuchada con respeto "el mejor aliado que podemos buscar en este empeño está al otro lado del Atlántico" porque si no sería como rendirse "ante un enemigo, que está determinado a acabar con nuestro sistema de libertades y con la democracia".
Este enemigo, "que quiere evitar a toda costa que la libertad arraigue en Afganistán o en Irak, y que quiere poner de rodillas a Europa y a otras democracias occidentales" para lograr sus fines "usa el terrorismo" que es "el mayor riesgo que amenaza todo el mundo occidental, el mundo que se basa en estos valores y del que Europa forma parte".
Para "acabar con este enemigo", Aznar explicó que "hay que tener claras cuáles son las ideas y los valores que debemos defender como cuestión fundamental" y hacerlo "sin complejos".
Preocupado por el nacionalismo económico
Aznar continuó su discurso mostrando su preocupación por que "Europa no está generando la confianza necesaria y suficiente para crecer y crear empleo", así como por el resurgir de "peligrosas tendencias al nacionalismo económico, camufladas por la vieja retórica del proteccionismo".
"Europa necesita más mercado, mas integración, más apertura y flexibilidad. Lo que no necesita es más intervencionismo, más proteccionismo y la falta de voluntad de hacer reformas", agregó Aznar, diciendo que "la mejor política social que existe es la de crear empleo" y esto sólo sucede cuando "se genera confianza y los agentes económicos pueden tomar con libertad sus decisiones".
Para solucionar estos problemas, Aznar propuso "crear una Europa abierta que encare con confianza la globalización. Restablecer el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y emprender la agenda de reformas económicas".
Las consecuencias del multiculturalismo
Aznar pasó después a hablar de la inmigración como "uno de los grandes retos del este siglo" y pidió afrontarlo con dos ideas claras: "dentro de la ley combatiendo las mafias que trafican con personas y buscando la integración en nuestras sociedades y en nuestros sistemas de valores de las personas que vienen a labrarse un futuro mejor".
Pero puntualizó que "la trampa del multiculturalismo sólo lleva a crear guetos y a fracturas en nuestras sociedades" y realizó un llamamiento para que se abra el debate sobre "dónde llegan las fronteras de Europa". "Europa no puede extenderse indefinidamente y en algún punto se tiene que acabar", añadió.
Para concluir, el ex líder del PP pidió a los dirigentes europeos que "propongan soluciones a los problemas reales y no se pierdan en debates falsos. No creo que el debate institucional sea la prioridad correcta".
Asimismo añadió que a veces se cae en debates "estériles y agotadores" y que sería mejor presentar una agenda política ambiciosa en vez de poner en cuestión cada cierto tiempo la arquitectura institucional". "Sería un fraude presentar la misma opción camuflada o troceada cuando, nos guste o no nos guste, ha sido ya rechazada", puntualizó.
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