Ibarretxe presenta otro plan de paz que equipara a las víctimas y a los etarras.
Pide el acercamiento de presos, el cambio de la Ley de Partidos e insinúa que la tortura existe.
Pide el acercamiento de presos, el cambio de la Ley de Partidos e insinúa que la tortura existe.
Un plan para contentar a todos y que equipara a víctimas con verdugos. Eso es lo que presentó ayer el lendakari, Juan José Ibarretxe, después de que el Congreso tumbara su anterior propuesta de paz. La nueva, consensuada por el Consejo Político -que integran él mismo, junto a los consejeros Javier Madrazo y Joseba Azkarraga-, se compromete a promover una Ley de Solidaridad con las víctimas del terrorismo, a aumentar las subvenciones para este colectivo y a celebrar una jornada anual de reconocimiento institucional, además de promover la recuperación de las víctimas del franquismo.
La batería de medidas encaminadas a reconocer a los que han padecido la violencia etarra incluye también «eliminar pintadas, carteles o denominaciones de calles o plazas que resulten ofensivas» y un Código Ético para el tratamiento informativo del terrorismo en los medios de información, así como campañas de sensibilización y concienciación en los medios de comunicación.
El texto manifiesta su «rechazo absoluto de la violencia, el terrorismo y a todas sus expresiones» y expresa su «reconocimiento total e incondicional a las víctimas del terrorismo». Tras indicar que no se puede «transitar hacia una sociedad pacificada sin hacer un sitio a las víctimas del terrorismo», destacó la necesidad de «poner en marcha un conjunto de iniciativas dirigidas a reparar, de forma global e integral, los sufrimientos abiertos en nuestra sociedad. Todas estas víctimas tienen, además, que soportar un plus añadido de sufrimiento por la lejanía social y la incompresión institucional que, en muchas ocasiones, han sentido», señala el plan.
Derechos humanos. Sin embargo, tras este reconocimiento a las víctimas, no tiene reparo en insinuar que en el País Vasco se sigue torturando, al solicitar la celebración de un foro de reflexión sobre derechos humanos que cuente con el apoyo de la ONU; o en sumarse el carro de Batasuna al exigir al Gobierno que elabore un plan para el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles vascas, además de la modificación de la Ley de Partidos y de las medidas para la lucha legal contra el terrorismo. El documento también defiende en otro punto la actuación terrorista al mencionar a las 350 víctimas mortales «de acciones policiales», en las que también incluye a las víctimas del GAL o de la extrema derecha.
Ibarretxe afirmó que este plan es «la aportación del Gobierno vasco al nuevo escenario de paz abierto tras el alto el fuego de ETA anunciado el 22 de marzo», tras el cual ha comenzado «un tiempo de esperanza e ilusión serena». Además, precisó que está abierto a «las aportaciones de otras instituciones» porque busca «sumar y no restar» y pretende aprobarlo con el mayor consenso posible.Por otra parte, la capilla ardiente del histórico dirigente de HB Jokin Gorostidi quedó instalada el mediodía de ayer en el Ayuntamiento guipuzcoano de Deba, gobernado por el PNV. Esta previsto que el domingo se celebre un homenaje, organizado por Batasuna, en esta misma localidad, en la que residía. Gorostidi estaba imputado dentro del sumario 18/98 que se sigue en la Audiencia Nacional contra el entorno de ETA y se le acusaba de integración en banda armada. Gorostidi, para quien el fiscal pedía 15 años de cárcel, era el último acusado que debía declarar en la pieza de Xaki, considerado el aparato de relaciones internacionales de la banda terrorista.
La batería de medidas encaminadas a reconocer a los que han padecido la violencia etarra incluye también «eliminar pintadas, carteles o denominaciones de calles o plazas que resulten ofensivas» y un Código Ético para el tratamiento informativo del terrorismo en los medios de información, así como campañas de sensibilización y concienciación en los medios de comunicación.
El texto manifiesta su «rechazo absoluto de la violencia, el terrorismo y a todas sus expresiones» y expresa su «reconocimiento total e incondicional a las víctimas del terrorismo». Tras indicar que no se puede «transitar hacia una sociedad pacificada sin hacer un sitio a las víctimas del terrorismo», destacó la necesidad de «poner en marcha un conjunto de iniciativas dirigidas a reparar, de forma global e integral, los sufrimientos abiertos en nuestra sociedad. Todas estas víctimas tienen, además, que soportar un plus añadido de sufrimiento por la lejanía social y la incompresión institucional que, en muchas ocasiones, han sentido», señala el plan.
Derechos humanos. Sin embargo, tras este reconocimiento a las víctimas, no tiene reparo en insinuar que en el País Vasco se sigue torturando, al solicitar la celebración de un foro de reflexión sobre derechos humanos que cuente con el apoyo de la ONU; o en sumarse el carro de Batasuna al exigir al Gobierno que elabore un plan para el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles vascas, además de la modificación de la Ley de Partidos y de las medidas para la lucha legal contra el terrorismo. El documento también defiende en otro punto la actuación terrorista al mencionar a las 350 víctimas mortales «de acciones policiales», en las que también incluye a las víctimas del GAL o de la extrema derecha.
Ibarretxe afirmó que este plan es «la aportación del Gobierno vasco al nuevo escenario de paz abierto tras el alto el fuego de ETA anunciado el 22 de marzo», tras el cual ha comenzado «un tiempo de esperanza e ilusión serena». Además, precisó que está abierto a «las aportaciones de otras instituciones» porque busca «sumar y no restar» y pretende aprobarlo con el mayor consenso posible.Por otra parte, la capilla ardiente del histórico dirigente de HB Jokin Gorostidi quedó instalada el mediodía de ayer en el Ayuntamiento guipuzcoano de Deba, gobernado por el PNV. Esta previsto que el domingo se celebre un homenaje, organizado por Batasuna, en esta misma localidad, en la que residía. Gorostidi estaba imputado dentro del sumario 18/98 que se sigue en la Audiencia Nacional contra el entorno de ETA y se le acusaba de integración en banda armada. Gorostidi, para quien el fiscal pedía 15 años de cárcel, era el último acusado que debía declarar en la pieza de Xaki, considerado el aparato de relaciones internacionales de la banda terrorista.
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