Si alguna vez teneis la oportunidad de asistir a un concierto en el que se interprete la 9ª Sinfonía no dejeis de hacerlo. La sensación es similar a la de quien ve por vez primera el mar o da un beso a su primer amor. También sirve para reflexionar sobre las miserias morales que llevamos a cuestas todos y cada uno de nosotros y lo pequeña y mezquina que es nuestra existencia terrenal, aunque algunos creen que son como dioses.
22.3.09
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